Recientemente, el globalismo ha encontrado otro profeta en el profesor de Harvard Graham Allison Junior, quien nos ha venido a castigar con una analogía histórica muy del gusto del pensamiento dominante, que es la siguiente: como en las guerras del Peloponeso, Estados Unidos le declarará la guerra a China como Esparta, potencia dominante, hizo con Atenas, la potencia emergente, según deduce de la obra de Tucídides aquel conflicto. Ni que decir que el panegírico de la potencia asiática ha producido verdadero alborozo entre la elite global, pues refuerza su idea de lo malo que es el hombre blanco y lo equivocado que está Trump, ese sinvergüenza proteccionista chinófobo, palabro que por lo visto ni existe.
El caso es que como Mr. Allison, el menor, se ha puesto de moda en los circuitos de conferenciantes tan listos y elegantes, con sus grandes cachés y escenarios rimbombantes, y no digamos si son financiados por intereses chinos, he pensado que no vendría mal explorar su boutade pues, al fin y al cabo, en esta bitácora nos chifla tanto machacar mitos como al martillo golpear un buen clavo.
Tucídides el ‘strategos’
Este historiador y general (strategos) ateniense es conocido, nada más y nada menos, por ser uno de los pioneros de "la realpolitik" e iniciador del desarrollo científico de la Historia, cosa que no debería extrañar, pues era hijo cultural de Ion (El Yaván, o Javán, de los hebreos), mítico patriarca de lo jonios (y de los tartesios), descubridores del pensamiento objetivo que es el precedente del pensamiento científico, evolución natural desde el pensamiento analógico que a su vez lo hizo del pensamiento mágico. Pensemos además, que todo este debate, como bien saben los adolescentes estadounidenses que leen a los divulgadores científicos Sagan y Asimov (¿Queda alguno?), va de algo muy antiguo, de la pugna entre la cultura marítima y la continental, de lo que entonces fue, según el propio Tucídides, un "enfrentamiento entre jonios y dorios", arquetipos del pensamiento racional y del analógico, respectivamente; un tema que, por lo demás, es uno de mis preferidos, como recordará algún lector.
A la cabeza de los dorios estaba Esparta, sociedad principalmente agrícola, militarista y cuya forma de gobierno era una oligarquía regida por una diarquía, mientras que en el bando jónico su equivalente era Atenas, ciudad gobernada por una democracia dedicada al comercio, las manufacturas, las actividades del mar y a las ciencias, las artes y la filosofía. La verdad, nadie en su sano juicio se atrevería a decir que Estado Unidos, con su democracia (representativa y federal), su cultura científica (universidades, descubrimientos), su armada, etc. es Esparta y China, tiranía tramposa, copiona y opresora, es Atenas; ni siquiera porque al final ganó Esparta (supuestamente EE.UU., según Allison Jr.) con un alto coste, triunfo que tampoco tendría muy claro hoy, la analogía tiene sentido.
Puestos a hacer analogías racionales con interés predictivo, lo suyo sería, tal vez, comparar a China con la Persia de las guerras médicas, imperio avanzado, poderoso, depredador, muy poblado, de vasallos, ayudado por traidores griegos, mientras que Estados Unidos y sus aliados serían los griegos; lo que pasa es que entonces Estados Unidos no serían los malos y eso no mola. Aquí es cuando saltan y te dicen que la analogía se refiere a que la economía China pasará a la americana haciéndola la potencia hegemónica. Ah, ¿sí? Bueno, veámoslo; cosa que haremos, como siempre, basándonos en datos, intentando ser racionales y sin analogías facilonas, como lo haría Tucídides si viviera hoy.
El tamaño de China
Cuando escribimos "Tectónica de bloques económicos", allá por 2013, en que veíamos que en 2017 la economía china habría superado, en términos nominales, a la estadounidense, ya notamos que algo no cuadraba, que Estados Unidos no podía igualar el despliegue estratégico que estaba haciendo China y que le estaba costando mantener su posición de entonces. También resultaba extraño, aunque se confirmaba con los datos nominales, algo que se sigue repitiendo machaconamente: que la economía rusa era del tamaño de la italiana, cosa que tampoco cuadra con las dimensiones de las acciones rusas. Habría que verlo.
Como quiera que la fundación Luis Riestra no tiene recursos para responder a tantas cuestiones y además no existe, aquellas interrogantes quedaron pendientes a la espera de mejor ocasión, como la actual butade del profesor Allison. La respuesta a ellas se encuentra en una comparación menos financiera - que es para lo que sirve la que hicimos en 2013 -, más de bienes y servicios en cantidades, de unidades producidas, televisores, teléfonos, asfalto para autopistas, raíles de tren, barcos, aviones, morteros, tanques, misiles, etc. y eso se ve comparando el PIB en términos de paridad de poder de compra (o PPP en la siguiente gráfica), de poder adquisitivo. El resultado ahora ya es más lógico.
Seguramente que el valor (no digamos su proyección) les parecerá increíble, sobre todo si están abducidos (como casi todos) por el pensamiento dominante actual y los dogmas socialdemócratas (véase campaña electoral), hoy ya en su etapa psicótica: el globalismo. También podrían pensar que me he equivocado, pero no, está más que revisado y a estas alturas, tras décadas en esto, sería absurdo sacar esa conclusión. También podrían comprobarlo ustedes, pero lo que no deben hacer es preguntarle a un "doctor" felón que plagiara su tesis o al trol psicópata que lleva casi cinco años difamándome y que no tiene ni idea de Economía.
En términos de participación en la economía mundial queda como se muestra en la siguiente gráfica y, con esos datos y los anteriores, y tras décadas de guerra (esta sí) comercial de China contra Estados Unidos, lo normal sería que Trump intentara que China hiciera crack sin que se viniera abajo la Pax Americana, como hizo con Japón.
Rusia y las guerras médicas
Volviendo a los clásicos: ¿Existe algún país de cultura continental, guerrera, gobernada por una oligarquía y dirigida por una diarquía? Sí, Rusia, que casi va calcada al pelo; ya sé que en Rusia el que realmente manda de los dos es Putin y no Medvedev, pero eso es lo que suele ocurrir en las diarquías. Además, ahora se entiende mejor la potencia de Rusia, cuya economía, en términos de poder adquisitivo, tiene el tamaño de la de Alemania; lamentablemente, Putin, con su política ruinosa (para los rusos), en vez de pasar a la Historia como "Putin el grande", tal como nos preguntábamos al estudiar su caso en "Putin en el laberinto ruso", me temo que lo hará como "Putin el sanguinario".
¿O sea, que en esta guerra contra los persas (chinos) los espartanos (rusos) dan la puñalada (tras lo de Ucrania) a los griegos y los traidores de las costas de Asia Menor sería la UE? Más o menos, y ahí, en el ejercicio teórico sobre sistema de alianzas, es donde tiene cierto interés, por su dilatada experiencia desde su privilegiada atalaya, Allison Jr., siempre que le filtremos su Trumpfobia y su chinofilia, claro; aparte de que, en esto de las analogías, si se quiere ser racional, hay que hacer un sinnúmero de matizaciones. Además, existe un tercer agente que también se menosprecia y que no lo había entonces, el Islam, ese al que los mismos traidores se han entregado, porque en el fondo odian a los griegos, a nosotros. Pero ahí ya entraríamos en el Choque de Civilizaciones, que exploraremos otro día, otra teoría demonizada por el pensamiento dominante, porque quien manda, los ZPs de turno y las cacatúas globalistas para vivir del cuento, y esa sí es una verdadera trampa.