Opinión

No me creo a Iceta

Dice que no va a pactar con separatistas. Por favor

  • El cabeza de lista del PSC, Miquel Iceta.

Hace falta valor. Una cosa es disimular ante la feligresía sociata y otra pretender que son más tontos que el que asó la manteca. ¿Pues no va Miquel Iceta y suelta así, sin anestesia ni aviso de terremoto, ni rotura de aguas, que su partido es la mejor opción para encabezar una alternativa en contra del separatismo? Amos hombre. Y, no contento con eso, añade que vale, que el PSC pacta con Esquerra, pero no pactará con nadie que quiera la independencia o un referéndum. Señores, eso ya no es mentir. Eso es tirar la piedra y esconder el separatismo. Porque Miquel Iceta i Llorens, de profesión político y millonario, tiene pacto de gobierno en varios ayuntamientos catalanes y la Diputación barcelonesa con el partido de Puigdemont, Torra, Rahola y Borrás. ¿No son separatistas? ¿Se han hecho trapenses?

Y eso de que Esquerra son bons xicots que se lo vaya a contar a un noruego sordo, porque este mismo fin de semana el inefable señor Sergi Sabriá, presidente del grupo de ERC en el Parlament, advertía bastante cabreado que si alguien se piensa que ellos van a renunciar a la unilateralidad, a la DUI, está muy equivocado. Además, ha añadido que de tripartito, res de res, porque el PSC no pactó con ellos ni la Diputación ni el Ayuntamiento de Barcelona. Ah, pero bien que hablan con Sánchez vía Rufián, y pactan presupuestos, y mangonean y chicolean en ese frente de la infamia junto a los bilduetarras. Dime con quién andas y te diré qué asesinatos condenas.

Llegados a este punto, cabe añadir, por lo que a Iceta respecta, que refrescando la memoria es partidario del indulto a los presos por el intento de golpe de estado separatista – “Eso permitiría superar una herida”, dijo, con el aplomo del juez Roy Bean -, considera que la polémica por la 'ley Celaá' -que se carga al español, a la concertada y a la educación especial de un plumazo- es “absurda” o que si se produjera una consulta acerca de la independencia – que eso es ilegal, bonico, i-le-gal – y saliera que sí, pues hombre, habría que aceptarlo porque somos demócratas y tal y cual. Ese es el personaje. Esos son sus principios que puede cambiar cuando lo exija el guión. Ese es el candidato de los socialistas en los próximos comicios catalanes, el consejero áulico de Sánchez en materia territorial, el amigo del alma de Su Pedridad, el de “Pedro, por Dios, líbranos de Rajoy”, el bailarín, el hombre que no mueve un dedo si no le reporta beneficio personal.

Ya puedes cantar misa en latín, Iceta. No te creo. Ni yo, ni nadie que tenga un mínimo de luces para ver que eres el que se pone al lado del trilero como cómplice para animar al incauto a que pique y apueste

A ese tienen que decidir si le apoyan los que votaron socialista más por Felipe o Guerra que por lo de Cataluña, digámoslo todo. A ese hombre, que ahora jura por York sabiendo que mañana podría hacerlo por Lancaster. Ese hombre que carece de ideología, de principios políticos y que supone a su electorado estúpido de toda estupidez. Un hombre que dirige un partido que sostiene a Colau en el Ayuntamiento de Barcelona asistiendo al desplome y la ruina de la capital catalana sin hacer poco más que aparecer en el programa Master Chef Celebrity. Lo decimos por Jaume Collboni, encantado de la vida, degustando los platos de los concursantes en unas Ramblas casi vacías y ponderando lo bien que va todo en el sector de la hostelería y la restauración. De vergüenza ajena.

Es el partido que trazó el infame pacto del Tinell por el que se dejaba fuera de todo pacto al PP, en un acto de política antidemocrática inusitado. El del partido que gritaba “Con Rivera no” pero que no dice que con Bildu, menos. El del partido que jamás tuvo el coraje de poner a la corrupción convergente en su sitio y cuando Maragall intentó decir algo se le obligó a callar. El partido que es colaboracionista por antonomasia, el Tío Tom del separatismo, el lacayo de los que queman contenedores, cortan carreteras, organizan seminarios para okupas. Este partido y ese dirigente.

Así que ya puedes cantar misa en latín, Iceta. No te creo. Ni yo, ni nadie que tenga un mínimo de luces para ver que eres el que se pone al lado del trilero como cómplice para animar al incauto a que pique y apueste.

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