Lo del lacito blanco y la pancarta por duplicado rebasa cualquier límite. El gobierno no puede permitir un segundo más esta tomadura de pelo. O cumplimos todos la ley, o no se quejen de las consecuencias.
Torra encarna como pocos el arquetipo de separatista de casino de pueblo, cobardón, malicioso, bocazas, siempre presto a hacer putaditas por la espalda. Es de los de risita sacristanesca, bajuna y groseramente plebeya. Véase cuál ha sido su reacción ante los requerimientos de la Junta Electoral Central. Un patriota de verdad, y me refiero a un separatista como podría ser Santiago Espot, se habría venido arriba y, lejos de quitar lacitos, habría arriado la bandera española e izado la estelada. Torra carece de ese coraje que, aunque suicida, al menos distingue a quienes sienten de verdad las ideas y están dispuestos a defenderlas aun a riesgo de su propia libertad. Torra, digno conmilitón del fugadísimo, no sabe nada de todo eso. Es cobarde, es de los que nunca van de cara, es un líder de pacotilla y su valor está confeccionado con cartulina barata. Lo suyo es el cotilleo de sacristía, la maledicencia alrededor de una esa camilla provista de Ratafía y carquinyolis, husmeando en las vidas de los demás junto a la junta e las Pías Damas del Ropero. Es el miserabilismo espiritual de quien jamás anidó un solo grama de grandeza espiritual en su alma.
De ahí que su ocurrencia de sustituir lazos amarillos por lazos blancos y superponer una pancarta a otra no sea más que otro episodio en esa rabieta de chiquillo marrano y malcriado. Rabietas histéricas, claro, que se hubieran cortado desde el minuto cero con una buena bofetada política y judicial. Pero como hasta ahora Sánchez ni está ni se le espera e Iceta lo único que hace es poner carita de incontinencia y decir que está muy, pero que muy enfadado, no queda otra que la actuación de la justicia. Fiscalía actuando de oficio, juez de guardia, detención y punto. Me da igual si hay quien dice que eso es lo que están buscando los lazis porque, entre otras cosas, no es verdad. A Torra le aterroriza pasar siquiera un noche en el calabozo, imaginen pues lo que puede sentir ante la simple suposición de dar con sus huesos en la cárcel. Estos caudillitos de agua dulce creyeron que todo era gratis en la vida, de ahí la estupefacción de los que ahora son juzgados por pensar que estaban por encima de los demás. A Torra todavía no le ha quedado claro el asunto, así que por su bien y por el de todos, lo urgente es acabar con este sainete lamentable, patético e impresentable. Y enseñarle el principio de acción-reacción, del que tan ayunos andan los separatistas.
Aunque lo mejor sería intervenir la autonomía con un 155 que esta vez no fuese un mero parche Sor Virginia y fuese directo a los núcleos infectados. Me refiero a los medios de comunicación dependientes de la Generalitat, a los Mossos, a los cargos de responsabilidad de la autonomía. Aunque el Gobierno del PSOE diga que no puede aplicarse el artículo al no cometerse ilegalidad alguna, lo hecho por Torra con su desobediencia a la JEC constituye un motivo más que grave para sustentar esa decisión. ¿Existe en democracia algo más grave que desobedecer al máximo órgano que regula unas elecciones democráticas? ¿No es eso un disparo al centro de la diana de cualquier sistema basado en el sufragio universal? Además, están las consecuencias de las provocaciones de Torra. Señalemos que las elecciones catalanas, caso de persistir la simbología lazi en centros de votación, podrían declararse nulas con la ley en la mano al no cumplirse los requisitos de neutralidad que la ley demanda a los poderes públicos, y la Generalitat lo es tanto como que su presidente es el máximo representante del estado en Cataluña, en un proceso electoral.
¿Entiende alguien de ese cachivache denominado gobierno de España lo que supondría? Que la cosa ya no va de si este me apoyará o si el otro me ayudará a convencer a aquellos para que se apunten a mi excursión, señores socialistas paniaguados y flojeras. Que hasta el PNV ha dicho que no va con los separatas del PDeCAT ni a la esquina y que se busquen otro socio para concurrir junto a el en las europeas. Que Esquerra va de parejita con los proetarras. Que en Podemos están que no saben si comprar casa o irse de alquiler, y nunca mejor dicho.
Están ustedes solos, así que espabilen y declaren el 155 al que, aunque solo sea por no quedar como unos cocheros, se sumarán PP y Ciudadanos, y acaben con esta patochada de una puñetera vez. Porque a ustedes acaban con esto, o el separatismo terminará por acabar con ustedes y con nosotros. Y, mire, Sánchez, si lo hace incluso puede que se lleve una sorpresa el día de las elecciones. Ande, doctor, intervenga Cataluña de una vez. De una puta vez, añadimos.