Recientemente, coincidiendo con los idus de marzo y, más concretamente, el día 22, el jefe del Ejecutivo estadounidense firmó un documento en un acto que denominaron peculiarmente como: "President Trump Signs a Presidential Memorandum Targeting China’s Economic Aggression", cuyo video de presentación y detalles pueden ver en este enlace, y que vendría a traducirse "algo así" como: "El Presidente Trump firma un Memorándum Presidencial 'enfocado' a la agresión económica de China. Digo "algo así" porque el verbo "to target" ("... Targeting China's...") significa "escoger algo o alguien como objeto de ataque, ponerlo en el punto de mira (de un arma)"; también tiene acepciones más suaves, como cuando se selecciona un segmento de mercado, una generación, un territorio, etc. para una campaña de publicidad, diciendo aquello de: ¿cuál es el target?, etc. Es decir, el "objeto de ataque" es la agresión económica china. ¿Está claro?
También dijo Trump en su presentación que siendo candidato se comprometió a, si era elegido presidente, utilizar “toda herramienta legal para combatir el comercio (internacional) injusto, proteger a los trabajadores americanos y defender la seguridad nacional". Y en eso anda, cumpliendo promesas y batiendo récords de popularidad. Luego el pensamiento dominante, que es socialdemócrata, lo tergiversa, porque no lo entiende o porque no le conviene, por sus dogmas, etc., que da igual, pues ya se ha vuelto disfuncional y, como Occidente perdió la supremacía demográfica, el orden actual no aguanta más inventos. Trump dijo muchas otras cosas, pero que igualmente no se valoran bien dado el uso interesado de los medios de manipulación de masas (ejemplo).
La respuesta china ha sido rápida y contundente, tanto que incluso aún no se ha valorado en Occidente lo peligroso de la misma. En una reacción guiada (mal) por la Teoría de Juegos pero detonada por una enorme soberbia con pretensiones jurídicas, el, tal vez, mayor violador de la propiedad intelectual americana y del comercio desigual, aumenta los aranceles al 25% a unos 128 productos americanos antes de que Trump subiera los suyos. Este error político llevara a casi el 40% del PIB mundial a la primera guerra comercial de la globalización, una en la que, me temo, habrá que elegir bando y donde China pretenderá seguir parasitando a medio Mundo, dividiéndonos, explotando nuestras debilidades e intentando seducirnos para dominarnos y será global en el sentido que afectará a todas las áreas geográficas, no de que sea de todos contra todos, que sería el peor escenario.
Malos acuerdos
"O sea, que los malos son los chinos?" Sí y no, esto son negocios y hay que ser práctico, como el mismo Trump, que culpa a sus negociadores (¿hubo sobornos?) del problemón creado. Es cierto que la convicción general es que han delinquido masivamente en temas de propiedad intelectual, cosa que se toleraba para que salieran de la pobreza comunista, pero esa tolerancia, como los acuerdos explícitos, no tiene sentido ahora que son un rival económico y tecnológico de Occidente.
China se ha comportado así desde que negociaron su apertura movidos por Nixon (que confiaba en el éxito de Trump; el enlace merece verlo) para debilitar la URSS, algo que no se paró al caer ese rival y desde entonces han ido sangrando tecnológica y comercialmente a EE.UU. y, como nadie se ponía serio, le siguieron dando hilo a la cometa; hoy esperan que sus aliados del partido demócrata le quiten la mayoría republicana en el Congreso este año y derroten a Trump en las presidenciales del 2020. Vale, pero, aparte de eso, si tratamos de negocios, ¿de cuánto estamos hablando, cual es el desequilibrio comercial? Pues de unos 380.000 millones de dólares, que equivalen a casi un tercio del PIB de España; casi tanto como nuestras exportaciones.
Se acabó el carrete
Una de las primeras reuniones de Trump tras su elección fue con el presidente Xi Jimping que, por lo visto, lo será vitalicio, que para eso es otro "hijo de"; o sea, casta comunista pata negra con 14 puntos y todo, que igual va para santo del comunismo. Xi rompió las cambio las reglas de sucesión (de Poder) chinas tras usar la violencia bajo el velo de luchar contra la corrupción. Desde aquella reunión Trump habla de una petición para reducir el desequilibrio en 100.000 millones de dólares al año.
Al parecer los hombres de Xi se hicieron los japoneses y no han presentado el plan pedido, así que, en agosto pasado, Trump, que se conoce ese timo, movió la maquinaria funcionarial (buena parte "deep state") y, finalmente, se armó de razones legales para imponer tasas, sobre productos con valor de 65.000 millones de dólares, y aranceles espejo (mirror tariffs); por ejemplo, Elon Musk comentó a Trump, que lo cita, que China cobra 25% a los coches estadounidenses, que por cierto les gustan bastante allí (no son como los de aquí).
Lo que ocurre es que esos 100.000 millones que quiere Trump, dadas las previsiones (que no contemplan eso), agotarían el superávit comercial total de China, porque en esto China hace de redistribuidor global de la riqueza, llevándola de Estados Unidos a otras áreas, como Alemania, por ejemplo, con lo que el problema, querámoslo o no, será global.
Por una negociación Occidental
Esto sería lo deseable, que la UE y Estados Unidos llegaran a acuerdos sobre el problema chino, pues son realmente los perjudicados con la piratería y el dumping social chino. Lamentablemente, como los socialdemócratas que rigen la UE quieren que Trump fracase, intentarán darle más hilo a la cometa y desgastar a Trump aliándose con los adversarios (ya enemigos) de quien siempre les saca las castañas del fuego. Esa es mi previsión sobre quien gobierna la UE, los mismos que hacen experimentos demográficos con Europa.
Lo normal sería que China entrara en un déficit asumible (1% o 2% del PIB), que podría financiar abriendo sectores a la inversión extranjera (como hacemos con ella), mientras va encontrando su sitio verdadero en la economía global. Lo que ocurre es que, dado su liderazgo tiránico (que ya ha espantado al capital interior), sus ambiciones hegemónicas y su mercantilismo (parecido a Alemania con Europa), un acuerdo razonable parece imposible, incluso tras los avances sobre Corea del Norte.
Lamentablemente, tras sus últimas medidas, China quiere el comercio desigual y seguir como hasta ahora, con lo que a Estados Unidos no le queda otra que pinchar la burbuja que entre todos hemos creado, y ya saben Ustedes a lo que está dispuesta cierta gentuza para que una burbuja no explote. Además, ya se ve que las promesas de compartir su mercado interior como hacemos los demás son mentira, que a la hora de la verdad no quieren reciprocidad y nunca nos considerarán como iguales, así que con su arroz se lo coman y el que les crea o quiera ser sus vasallo, allá él. Muy malas noticias para el comercio internacional.
Lo que está claro es que Estados Unidos, además del tema de la robotización, de utilizar proveedores alternativos y de equilibrar ese déficit, si deja sus divisiones internas y es más discreto, lleva las de ganar y sabrá quiénes son sus verdaderos aliados y es una verdadera lástima que esta guerra, a los españoles, nos pille en una situación tan mala. En esto, como en otras áreas críticas, se ha llevado el orden a sus límites y toca cambio, algo que lo afectara todo. ¿No querían "cambio"? Pues ya empieza.