Opinión

Separatismo a pedales

Los Bomberos de la Generalitat han rescatado a un submarinista en un patín de pedales. Parece broma, pero no lo es

  • El conseller de Interior, Miquel Buch, y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, junto a bomberos a su llegada al Centro de Comando de Bomberos en La Canonja (Tarragona)

Esos mismos bomberos que hemos visto de manera constante en todas las manifestaciones separatistas luciendo esteladas y apoyando la república catalana, a la hora de la verdad no disponen ni de una puñetera Zodiac para cumplir con su trabajo. De hecho, tampoco disponen de trajes de neopreno. Su unidad acuática está en Cerdanyola, pueblo del interior. Visto lo visto, menos mal que los bomberos echaron mano de lo primero que vieron, un patín a pedales, el clásico pedalo, que disponía incluso de tobogán para los pequeñines. Rosa, para más señas. Esto es Cataluña, la del apreteu, apreteu, la de “hablar de las listas de espera en sanidad nos distrae del objetivo serio, la independencia”, la el ho tornarem a fer, la de la Borrás, que dice que la persiguen políticamente por pedirle cuentas acerca de negocios privados de antes de ser Consellera, la de Pujol elevado a los altares, la del Puigdemont cobarde considerado por los suyos poco menos que como el Conde de Montecristo y Bolívar juntos.

Es la Dinamarca del Sur en versión de película de los sesenta, tierra de pícaros, amiguetes, espardenya y butifarra que vende caro lo que le sale tirado, la que cree que el trabajador debe dar las gracias al amo porque le proporciona trabajo. Un lugar maravilloso en el que, o piensas como todos y eres feliz, o ya se encargarán ellos de obligarte a que lo seas. Y, si no quieres, escarnio, insultos, pintadas y algún susto físico. Es tal la mediocre maldad de los dirigentes separatistas, porque incluso entre los malos se da el poseer pocas luces, que acabarán por echar la culpa a España. “Como Madrid es de secano no entienden nuestros problemas náuticos” me parece escuchar a Eduard Pujol, el del patinete del CNI, no el de este patinete marítimo.

¿Qué puedo decirles? Que en otro lugar con un mínimo sentido del ridículo esto comportaría algún cese, pero aquí ni se comentará porque lo suyo ahora es conseguir que Sánchez de al Gobierno de Torra los dineritos de Bruselas que correspondan a Cataluña. Pues miren, viendo que somos un país que en plena era digital todavía funciona a pedales, y dando gracias, yo no le daría nada a esta gente. Ya sé, ya sé que tampoco es que desde Moncloa se gestione con una ejemplaridad calvinista, pero es que igual acaban por darles la pasta a los suyos, a TV3, a Ómnium, a la ANC, a los medios que tienen comprados y recomprados mil veces, a esos dos sindicatos que son la misma merma y que ahora se rasgan las vestiduras ante el pedalo diciendo que falta material para los rescates acuáticos. No, lo que aquí falta es vergüenza torera, señores, Sí, se lo digo a ustedes, ugeteros y cocos, que firmaron entusiasmados el manifiesto para el derecho a decidir, que han sido junto al PSC la coartada perfecta para que los procesistas dijeran que lo suyo era transversal. No me vengan ahora con milongas.

Esta Cataluña, antaño motor de España, se ve relegada a ser un tándem con las ruedas pinchadas en el que, para más inri, uno pedalea hacia el tripartito y otro hacia Waterloo

Esta Cataluña, antaño motor de España, se ve relegada a ser un tándem con las ruedas pinchadas en el que, para más inri, uno pedalea hacia el tripartito y otro hacia Waterloo. Sería cosa de risa si no fuera porque siempre hay un submarinista a punto de ahogarse al que se puede rescatar o no según la capacidad de improvisación que se tenga. Así estamos, con el agua al cuello, con la tasa impositiva del tramo autonómico más elevada e España, con un impuesto de sociedades aumentado en plena pandemia, igual que los sueldos de los ex presidentes o de los que mandan, con la administración autonómica paralizada hace años y con el tal Sánchez diciendo que sí a la mesa de diálogo y después que no, jugando con la Constitución y con el destino de una parte de España.

Una idea. Que venga a negociar con Torra en un pedalo, coño. Porque aquí, del president al último mono, todo va a pedales. Claro que tardan tanto en que la república llegue. Úselo en la próxima rueda de prensa a là soviètique, señora Budó, que a Puigdemont igual le hace gracia. “No somos independientes ni hemos fet el cim porque vamos pedaleando con esfuerzo y eso es lento”. Y, mientras tanto, a cobrar sueldazos que son dos días.

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