Elecciones autonómicas 2023

Ayuso y Almeida se divorcian de Vox y se lanzan a por la mayoría absoluta el 28-M

La presidenta de la Comunidad de Madrid y el alcalde de la ciudad se alinean con la estrategia de Feijóo y sueltan de la mano a Rocío Monasterio y a Javier Ortega Smith a dos meses de las elecciones

Génova pasa página tras la moción de censura de Vox con Ramón Tamames como candidato. La ausencia del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante el debate en el Congreso de los Diputados y los argumentos de Cuca Gamarra para justificar el rechazo a la iniciativa de Abascal tan solo fueron el anticipo de lo que ocurriría horas después en Madrid. Isabel Díaz Ayuso, hasta ahora 'favorita' de Vox dentro del PP junto a Cayetana Álvarez de Toledo, rompía con Rocío Monasterio y anunciaba su intención de caminar por libre a las elecciones autonómicas del 28-M, en las que busca obtener mayoría absoluta. Una senda que también ha cogido su compañero de filas José Luis Martínez Almeida al soltar de la mano a Javier Ortega-Smith. El PP ya no quiere matrimonios políticos en la Comunidad de Madrid y tampoco en el Ayuntamiento. Mucho menos a nivel estatal.

Las relaciones entre ambas formaciones políticas comenzaron a deteriorarse a finales del año pasado cuando Vox decidió rechazar los presupuestos de la Comunidad y del ayuntamiento de la capital de España al entender que los 'populares' no cumplían con sus acuerdos. Pero fue el pasado jueves cuando la presidenta de la región escenificó el divorcio en el último pleno de la legislatura: "A partir de ahora, que cada uno siga su camino".

Sondeos de encuestadoras privadas prevén que Díaz Ayuso estaría rozando la mayoría absoluta y Martínez Almeida también podría hacerse con ella en el consistorio madrileño al verse beneficiado del desplome de Ciudadanos y, en menor medida, de la caída de Vox. "No lograr la mayoría absoluta sería una decepción personal", ha reconocido la dirigente madrileña en el programa Más de uno.

Monasterio habla "antipolítica"

"En determinados temas Vox es la antipolítica (...) no van al fondo de los temas, no profundizan, no los trabajan y van siempre de polémica en polémica", ha continuado. Ayuso asegura tener "mucha ilusión en que todo lo que se está poniendo en marcha en Madrid no se encuentre cada dos por tres con un freno".

El rechazo de Monasterio a respaldar un paquete de medidas fiscales para los nuevos residentes en Madrid, tanto extranjeros como del resto del país, es el último freno con el que la presidenta dice haberse encontrado. Desde Vox justifican su postura porque, aunque están de acuerdo con la atracción de riqueza y con que compren viviendas en España, no quieren que se haga "en mejores condiciones fiscales que los españoles".

Según la formación de Abascal, la ley de Ayuso suponía que, mientras los españoles, o las personas que llevan años viviendo en España y trabajando aquí, tienen que pagar un 20% de impuestos en la compra de una vivienda, los extranjeros no pagan nada.

Desde Vox dicen estar de acuerdo con la atracción de riqueza y con que compren viviendas en España, pero no quieren que se haga en mejores condiciones fiscales que los españoles

"Es decir, si un español, residente en Madrid, se compra una vivienda de 300.000 euros, pagaría el 20% de impuestos y la Comunidad de Madrid no le devolvería nada. Sin embargo, si la compra la realizara un extranjero, la comunidad le devolvería 60.000 euros. De modo que no se trata de no rebajar impuestos a los extranjeros, sino de que los españoles dispongan de, como mínimo, la misma rebaja fiscal", sostienen desde Vox.

La propia Ayuso ha reconocido que, hasta ahora, PP y Vox han sido "los dos partidos que más nos hemos entendido en cuestiones como las reducciones fiscales", pero critica la "deriva" de Monasterio. "No quiero que me arrastre porque no estoy a favor de muchos de sus postulados. Han decidido que yo soy el enemigo y por delante se llevan todo lo que es bueno para Madrid. Aquí no tiene nada que ver Feijóo, sino los intereses de la Comunidad de Madrid", insiste la presidenta de la región.

En el caso de Madrid capital, las relaciones tampoco funcionan. El alcalde Martínez-Almeida y el portavoz del Grupo Municipal Vox, Javier Ortega Smith, han andado a la gresca a lo largo de toda la legislatura por temas de urbanismo y el acceso de vehículos al centro de la capital, pero decidieron mantener una reunión para limar asperezas. Algo que no se ha producido.

El choque entre Almeida y Ortega Smith

Tras 14 meses de su último encuentro a solas, los socios de investidura se se encontraban de nuevo para negociar el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Madrid. Ocurrió hace tres semanas y, más allá de las normas urbanísticas, Ortega Smith aprovechó para tender la mano al regidor del PP. Incluso le propuso formar un gobierno en coalición aunque les separen cosas. Una cuestión que Martínez Almeida ha rechazado manteniéndose "firme" en su propósito de gobernar en solitario.

"Alcalde, te estoy hablando con sinceridad, tienes que ser consciente de que a lo mejor no tienes mayoría absoluta. Entonces, ¿Qué vas a hacer? ¿Gobernar con el PSOE o Más Madrid?", le preguntó el dirigente de Vox al alcalde, según reveló el primero a la salida del Palacio de Cibeles. Pero Almeida sigue ahora la estela de Feijóo a nivel nacional y de Ayuso en el plano regional.

"Espero no tener que gobernar con Ortega Smith porque creo que no es fiable, que prima sus intereses particulares por encima de los de la ciudad. El otro día se quiso sentar con la normas urbanísticas para hacer el paripé y decir que me había hablado de una coalición, de la cual, por supuesto, no pudo decir que yo le respondiera absolutamente nada", criticó Martínez Almeida. "Uno ya tiene una edad y sabe las trampas que le quieren tender, y Ortega Smith no fue hablar de urbanismo, sino a ver si podía sacar un titular de que 'Almeida estaría encantado de poder gobernar con él", zanjó.

Feijóo respalda las rupturas

Feijóo, el líder del partido, mostró su consonancia con la decisión de Ayuso y, por ende, con la de Almeida, ya que, a su entender, los de Absacal buscan "algún rédito electoral de la antipolítica". El ejemplo más reciente que encuentran es la moción de censura, a la que la secretaria general del PP tachó de "ociosa y extemporánea, a pocos meses de las elecciones, con un candidato inadecuado y con un planteamiento vago".

La diputada insinuó que la iniciativa se había convertido "en una herramienta para la promoción personal" de Abascal y "un mitin pagado por todos los españoles". "Se ha hecho una utilización de las instituciones de una manera impropia con el propósito de sacar rédito partidista. Lo mismo que hace el Sanchismo", equiparó. Con estos movimientos, el PP escenifica su alejamiento con Vox, una ruptura de los bloques a los que alude Sánchez de cara las elecciones.


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