La moción de censura registrada por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, abre un escenario de consecuencias imprevisibles. El presidente del Gobierno acusa al líder socialista de perjudicar la estabilidad del país en un momento especialmente delicado y cuando la economía parece remontar.
El PSOE ha conseguido marcar la agenda con el registro de la iniciativa a raíz de la demoledora sentencia del caso Gürtel. Sánchez tiene posibilidades de que la moción prospere y podría entrar en La Moncloa sin pasar por elecciones. Su intención es formar un Gobierno transitorio, implantar medidas de corte social y, más tarde, convocar a las urnas. Para ello debe apoyarse en los partidos separatistas y en Podemos.
Ciudadanos, por su parte, apuesta por el adelanto electoral cuanto antes. La situación es insostenible, dicen. Pero no apoyarán bajo ningún concepto un Ejecutivo que necesite el concurso de los independentistas (ERC, PDeCAT o Bildu). Tampoco de la formación de Pablo Iglesias, que a diferencia de 2016, no ha pedido ninguna cartera y brinda su apoyo a Sánchez "sin condiciones".
¿Quién gana y quién pierde en los diferentes escenarios que se abren a partir de ahora? A juicio del politólogo Pablo Simón, ninguno de los dos tiene por qué perder. "El PSOE está en una situación de win-win", sostiene. Si la moción no prospera porque Sánchez no consigue la mayoría parlamentaria necesaria, podrá afear a Ciudadanos que haya optado por dejar a Rajoy en La Moncloa a pesar de toda la corrupción del partido de gobierno acreditada por los tribunales.
En cambio, si Sánchez logra el apoyo de los nacionalistas del PNV, -aunque Ciudadanos no de su brazo a torcer-, el líder socialista habría ganado la moción sin haber tenido que emplear ningún proceso de negociación y de forma totalmente gratuita. El secretario general del PSOE haría las maletas de Ferraz en un momento en el que su electorado está "muy desmovilizado e indeciso" (19% de indecisos según el CIS) y con un líder ausente por completo hasta ahora de la Cámara Baja. Sánchez renunció a su acta de diputado.
Por su parte, sostiene Simón, Ciudadanos está en una posición sencilla: no pueden apoyar una moción mientras los independentistas y Podemos estén en la ecuación. Pero el marco que se genera no le perjudica, sino todo lo contrario. "Todos los electores de PP y Cs lo van a entender perfectamente. Cuando Sánchez ha dicho que quiere gobernar, con más razón", apunta.
Si Sánchez hubiese dicho que quiere ir directamente a elecciones, a Ciudadanos le hubiera resultado más difícil no dar su apoyo a la moción. Pero como ha quedado acreditado, los socialistas quieren entrar en Moncloa y quedarse durante algún tiempo. Algunos lo ven como una torpeza de Sánchez, que deja al desnudo su afán por tocar poder. Sin embargo, desde ahí va a poder hacer algunas políticas populares para el nuevo ciclo electoral de 2019. Y eso le permite alargar la legislatura", apunta Simón. Cree que es "la posición sensata para ellos".
Independientemente del resultado de la moción, el win-win (ganar-ganar) de Ciudadanos se produce de la siguiente forma según este politólogo. "Si la moción sale adelante y el PP pierde La Moncloa, dentro del partido conservador se puede desatar una crisis interna enorme -por el recambio de Rajoy o por otro caso de corrupción-. Y Ciudadanos puede merendarse al PP desde una posición relativamente segura".
En cambio, si no sale, como Cs ya ha roto con el PP, se entra en una segunda fase. La del "pressing-catch que quieren hacer para que Rajoy convoque elecciones cuanto antes". A juicio del profesor de la Universidad Carlos III, "a ellos les interesa muchísimo que las elecciones generales sean antes que las autonómicas y municipales". El partido de Albert Rivera está en la cresta de la ola en todas las encuestas ante la deriva del conflicto catalán. Tras la victoria de Inés Arrimadas en las elecciones del 21 de diciembre, la formación naranja ha adquirido una categoría de la que antes adolecía.