El coronavirus de Wuhan parece estar frenando el ritmo. Las autoridades chinas se han comenzado a mostrar optimistas sobre el mismo por primera vez en semanas. Este pasado viernes, el subdirector de la Comisión Nacional de Sanidad de China, Zeng Yixin, aseguraba que la situación general "está mejorando" y que la epidemia se encuentra "bajo control", ya que el número de nuevos casos ha frenado de manera significativa.
Según los últimos datos, el número diario de nuevos casos confirmados en China ha caído desde un máximo de 15.152 a los 900 registrados este jueves. "Esto no quiere decir que estemos ante el final del brote", apunta en declaraciones a Vozpópuli Benito Almirante, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica.
No se equivoca, ya que mientras que la expansión del virus parece estar algo más controlada en China, en Corea del Sur el número de nuevos casos se ha disparado en los últimos días. Este jueves se han registrado hasta 104 nuevos casos, 80 de ellos en la ciudad de Daegu. Los casos de Covid-19 se han triplicado en este país asiático en los últimos tres días.
No obstante, algunos de los modelos matemáticos que se utilizan en epidemología para medir la expansión de un virus, como es el caso del modelo SIR, apuntan a que el pico del coronavirus podría estar cerca. El hecho de que la epidemia alcance un punto máximo de víctimas implicaría un frenazo en la expansión y que las medidas de control impuestas por el Gobierno chino han funcionado.
El modelo SIR (iniciales de Susceptibles, Infectados y Recuperados) formulado en 1927 por el médico militar Anderson Gray Mc Kendrick (1876-1943) y el químico William Ogilvy Kermack (1898- 1970). Pone en relación tres variables: por un lado los susceptibles (la población expuesta al virus y con posibilidad de contagiarse), los infectados y por último, los recuperados (que incluye tanto a los que han logrado curarse como a los que han fallecido por culpa de la enfermedad, por sórdido que parezca).
A día de hoy, lo que más se usa para medir la velocidad a la que se propaga el virus es el conocido como el número Ro, la capacidad que tiene una persona infectada de propagar el virus. Es una de las herramientas más útiles para los científicos para intenar predecir cuándo empezará a decrecer la epidemia.
Desde un millón hasta 60.000 personas
Según comunicaba hace unos días Zhong Nanshan, uno de los expertos chinos que está ayudando a controlar el coronavirus en China, el pico de esta epidemia llegará a finales de febrero, en apenas unos días. Zhong, que es conocido por descubrir el genoma del SARS -el primo hermano del Covid-19- aseguró que lo peor ya había pasado, aunque apuntó que la situación en Wuhan "todavía es muy díficil".
Una hipotésis con la que están de acuerdo un grupo de investigadores del Instituto de Medicina Tropical de Londres, donde han desarrollado un modelo matemático basándose Según sus estimaciones, el pico máximo puede llegar en cualquier momento. Uno de los autores, Sebastian Funk, apuntaba en una entrevista con la revista Nature que según sus cálculos, es probable que el número de infectados alcance el millón de personas, lo que equivale al 10% de la población de Wuhan.
. "A pesar de son herramientas muy útiles, no dejan de ser un elemento más de trabajo. Los modelos predictivos de las epidemias no son como una simple operación matemática que tenga un resultado fijo, como decir que dos más dos es igual a cuatro"
Desde España, un grupo de investigadores de la Universidad Complutense ha desarrollado su propio modelo matemático. Según sus predicciones, el coronavirus podría afectar a entre 60.000 y 80.000 personas y provocar entre 3.000 y 4.000 muertes, la mayoría en China. Además, establecen que es probable que la epidemia se mantenga activa hasta julio de 2020.
Los responsables de esta herramienta son Benjamín Ivorra y Ángel Manuel Ramos, del grupo de investigación MOMAT del Instituto de Matemática Interdisciplinar de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), quienes han realizado una modelización matemática sobre la dinámica de la difusión de la epidemia a nivel internacional.
Los resultados de la aplicación del model señalan que en nuestro país el número de casos de afectados por coronavirus desde el 31 de enero a 24 de julio de 2020 sería de un mínimo de 4 personas y un máximo de 5, y, en todo caso, no se sobrepasarían las diez personas infectadas, siempre sin ningún fallecimiento.
¿Realmente pueden predecir?
No obstante, dentro de la comunidad científica hay cierto escepticismo sobre la fiabilidad predictiva de estos modelos. "A pesar de son herramientas muy útiles, no dejan de ser un elemento más de trabajo", apunta Almirante. "No son como una simple operación matemática que tenga un resultado fijo, como decir que dos más dos es igual a cuatro", añade.
Según explica a este diario este experto en enfermedades infecciosas, uno de los principales motivos de desconfianza radica en que los datos que se están utilizando son los proporcionados por las autoridades chinas. "Es muy difícil de precisar, ya que con las cifras que manejamos, quedan excluidas un enorme número de personas", señala.
Tal y como señala, las autoridades chinas no están teniendo en cuenta a todos los infectados que presentan síntomas menores y que por ello no acuden a los centros sanitarios del país, sobrepasados por el aluvión de contagios. Esto hacer que predecir con cierta exactitud cómo se va a comportar el brote sea extremadamente difícil.
"Es totalmente seguro que el número de contagiados es mucho superior a los datos que son oficiales", asevera Almirante. No obstante, señala que el aumento de contagiados no tiene por qué ser una mala noticia, sino una señal de que la enfermedad es menos letal de lo que puede parecer. "Estoy seguro de que es como una gripe, pero todavía hay mucha desinformación", concluye.
Por el momento, de acuerdo con los últimos datos disponibles, el Covid-19 sigue teniendo una tasa de mortalidad mucho inferior a las otras dos epidemias, de coronavirus, el SARS y el MERS. En particular, la tasa que se baraja por el momento ronda el 25, mientras que la del MERS fue del 25% y la del SARS un 10%. Por comparativa, la gripe común -que afecta a muchísimas personas- cuenta con una tasa de mortalidad que ronda el 0,1%.