Son más de 1.300 fallecidos los que ha ocasionado el coronavirus en España y todavía es una incógnita cuándo la curva de contagiados y muertos diarios alcanzará su 'pico' y la pandemia comience a remitir. Las empresas funerarias observan esta situación con preocupación, aunque con la certeza de que cuentan con capacidad para atender las necesidades de todos los decesos. Ahora bien, lamentan la poca comunicación que ha mantenido el Ejecutivo con este sector y la tardanza con la que ha aplicado las medidas de contención.
Una de las actuaciones que han solicitado es que se prohíban los velatorios y tanatorios, pues, de momento, lo que ha dictado el Ministerio de Sanidad es la recomendación de que no se realicen. A juicio de Alfredo Gosálvez, secretario general de la asociación que engloba al 75% del sector, Panasef, sería recomendable que se vetara esta opción hasta que pase la crisis, pues cualquier reunión de personas de este tipo podría incrementar el número de contagios, tanto entre las familias de los fallecidos como entre el personal de las funerarias.
Gosálvez apunta a que en Países Bajos se ha dictado una norma para que las ceremonias con los fallecidos no reúnan más de 30 personas, mientras que en Italia ya se han prohibido los velatorios hasta nuevo aviso.
Situación legal
El Real Decreto que regula el estado de alarma afirma que la asistencia a los lugares de culto y a las ceremonias civiles y religiosas, incluidas las fúnebres, estará condicionada a la “adopción de medidas organizativas” para evitar aglomeraciones de personas, “de tal manera que se garantice a los asistentes la posibilidad de respetar la distancia entre ellos de, al menos, un metro”.
El Ministerio de Sanidad cuenta con un apartado en su web que incluye diferentes recomendaciones para que sean tenidas en cuenta por los diferentes eslabones del personal sanitario durante la crisis del coronavirus. El documento relacionado con el manejo de cadáveres se actualizó hace 8 días, el 13 de marzo, y “recomienda”, pero no prohíbe la celebración de velatorios.
El texto establece una serie de pautas para trasladar el cadáver al depósito -”debe permitirse el acceso de los familiares y amigos, restringiéndolo a los más próximos y cercanos, para una despedida sin establecer contacto físico”-, para su autopsia, su transporte y su “destino final”.
Desde Panasef lamentan que el Ejecutivo no haya actuado con más rapidez a la hora de abordar esta crisis sanitaria en las funerarias e inciden en que algunas comunidades autónomas han ido por delante de Sanidad en la adopción de medidas para evitar la propagación del Covid-19 durante las ceremonias funerarias. “No se está contando con nosotros lo suficiente. El ministerio pocas veces está siendo proactivo con nosotros. Hemos perdido al menos una semana”, critican.
Menos de un día
Entre las medidas que consideran que deberían realizarse a la mayor brevedad se encuentra la de eliminar -de forma temporal- el plazo legal de 24 horas que existe entre que una persona fallece hasta que puede inhumarse o incinerarse el cadáver.
También han trasladado al Gobierno la conveniencia de que se recomiende el envío de los los cadáveres al crematorio para su incineración, dado que, como se reconoce en la guía publicada por Sanidad, las cenizas no suponen ningún riesgo de contagio, algo que sí podría producirse en una inhumación. Por tanto, es un método más seguro. En este sentido, Gosálvez incide en que en España existen 450 instalaciones para realizar este servicio y no hay peligro de que se colapsen.
El sector funerario -como último eslabón de la cadena sanitaria- también ha advertido de los riesgos de desabastecimiento que existen si las autoridades competentes no ponen cartas en el asunto y aseguran el correcto suministro de trajes de protección y mascarillas. El establecimiento de este tipo de precauciones hará menos propenso al personal funerario -11.800 personas en España- a contagiarse del Covid-19.