El responsable del operativo del Samur en la fiesta de Halloween celebrada en el Madrid Arena en la que murieron cinco chicas, Antonio San Juan, ha asegurado en su declaración judicial este martes que encontró en el botiquín a tres chicas en parada cardiorrespiratoria que "no estaban atendidas". Según esta declaración, el médico especialista Viñals, encargado de la asistencia médica en el evento, "no puso adrenalina a las chicas ni les puso el desfibrilador".
San Juan ha comparecido en calidad de testigo ante el Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, que investiga la muerte de cinco jóvenes como consecuencia de una avalancha humana en la fiesta celebrada la noche del 31 de octubre de 2012. El supervisor de guardia ha señalado que no se usó desfibrilador, ni se empleo adrenalina, ni se practicó el masaje cardiopulmonar de manera correcta en la atención a las tres jóvenes que fueron trasladadas al botiquín del pabellón. Así lo ha indicado Abdón Núñez, abogado de la familia de Belén Langdon, una de las víctimas de la tragedia.
El supervisor de guardia ha explicado que, con el masaje cardiopulmonar, hay un 20% de posibilidades de salvar la vida, porcentaje que asciende al 40% en el caso de personas jóvenes. Núñez ha destacado ante la prensa la "honestidad profesional" de la declaración de San Juan, así como su exposición de carácter técnico.
Por su parte, la abogadada de Manos Limpias Virginia López Negrete, que ejerce de acusación popular en el proceso, ha destacado que con esta declaración ha quedado demostrada la "negligencia" del doctor Viñals. "Si el equipo médico hubiera actuado de forma adecuada, se hubiera salvado alguna vida", ha señalado la abogada.
Previamente, las partes han escuchado en el Juzgado unas grabaciones de unos treinta minutos de duración sobre las comunicaciones del Samur la noche de los hechos.