El polen, ese polvillo a menudo dorado que flota en el aire durante la primavera y el verano, es en realidad una estructura reproductiva minúscula pero poderosa.

Un nuevo estudio indica que el océano inundó parte de la cuenca amazónica desde el norte en dos episodios ocurridos durante el Mioceno. Los restos fósiles y las capas de polen zanjan una polémica que ha durado años.