Ibercaja Banco culmina su plan estratégico 2015-17 tal y como lo arrancó: con operaciones con las que sanear su balance. La entidad aragonesa ha acordado la venta de una cartera de 330 millones en créditos fallidos ('Proyecto Servet') al fondo noruego Lindorff, según fuentes financieras consultadas por este medio.
Los créditos de los que se desprende Ibercaja son impagados de financiación al consumo que están provisionados al 100%, por lo que todo lo que obtiene son plusvalías. Según fuentes del sector el grupo liderado por Víctor Iglesias ingresa unos 15-20 millones con el 'Proyecto Servet'.
Esta operación tiene una trascendencia más allá de los números, al tratarse de la última del plan lanzado por la entidad en 2015. El saneamiento del balance ha sido una de las prioridades, con cuatro grandes operaciones, todos con nombres de 'ilustres aragoneses': el 'Proyecto Nayim' (por el futbolista del Zaragoza), de 210 millones, que se quedó Seer Capital; el 'Proyecto Goya', de 700 millones en crédito promotor, adjudicado a Oaktree; el 'Proyecto Fleta', de 489 millones, vendido a Bain Capital; y ahora el 'Proyecto Servet'.
En total casi 1.800 millones vendidos a fondos internacionales en tres años, que han permitido que los activos problemáticos se reduzcan desde los 5.800 millones a cerca de 4.000 millones en estos tres años, casi un 30% menos. Otro de los hitos fue la venta de su inmobiliaria a Aktua, por 69 millones.
Cara y cruz
Los últimos tres años han sido de especial intensidad para Ibercaja, con la retirada de Amado Franco al frente de la entidad y la devolución de las ayudas públicas recibidas por Caja 3.
En este periodo también se han puesto las bases para la futura salida a bolsa del grupo, que no ha tenido que hacer como planeaba tras un cambio legal por parte del Gobierno. Ibercaja ya se puso a punto con la emisión de 500 millones en subordinadas en 2015.
Ibercaja ha pisado el acelerador en la venta de activos tóxicos y en el crecimiento rentable, pero no ha sido capaz de alcanzar el objetivo de ROE
El Plan 2015-17 buscaba principalmente estabilizar la rentabilidad por encima del 10% con mayores ingresos; ajustando costes; y liberando activos tóxicos. Ibercaja ha conseguido los dos últimos objetivos (costes y morosidad), pero no el de la rentabilidad. Otra de las metas logradas ha sido la del capital, al superar el 10%.
A nivel comercial, el foco ha estado en crecer en Madrid, Levante, Burgos y Cataluña y en la digitalización, a través de un acuerdo estratégico con Microsoft. El nuevo plan se conocerá en unos meses.