Los análisis y previsiones se multiplican desde el pasado viernes. Casas de análisis, bancos de inversión o la banca tradicional empapeló con sus informes este lunes marcado por las fuertes caídas en las bolsas mundiales y la ausencia total de certezas sobre el desenlace del posible 'Grexit'. ¿Qué pasará en Grecia dentro de una semana? Dos son los desenlaces más probables que manejan los diferentes informes tras el referéndum del próximo domingo: desde un corralito 'sine die' de la banca griega en caso de que se imponga el 'no' al inicio de una negociación para la reestructuración del nominal de la deuda helena que podría amortizarse en pagos desde 50 a 100 años.
Esta última teoría es defendida por los analistas de Bankinter. El banco 'naranja' considera que la salida de Grecia del euro es "reducida". A su juicio, si los ciudadanos helenos votan 'sí', el Gobierno ganaría unos meses de respiración asistida por parte de Europa y el FMI para poder abordar un acuerdo más amplio y definitivo en el que se estudiaría la reestructuración del nominal de la multimillonaria deuda griega. Bankinter habla de períodos de amortización de entre 50 a 100 años, con un primer vencimiento no antes de una o dos décadas. Este programa tendría que aprobarse por todos los gobiernos de la Unión Europea, además de ratificarse por determinados parlamentos, como el alemán.
"En este caso (el del sí en el referéndum), el más probable", según Bankinter, los bancos y bolsa griega reabrirían el próximo lunes 6 con subidas. Sus analistas otorgan un 60% de probabilidad a que gane el voto afirmativo. Otras entidades, como Banca March o Sabadell, también comparten la vuelta a la normalidad del sistema bancario heleno dado que tanto el Banco Central Europeo (BCE) mantendría y aumentaría la línea de emergencia (ELA), lo que ayudaría a restaurar paulatinamente la confianza en el sistema financiero.
Bankinter considera que la salida de Grecia del euro es "reducida"
Los controles de capitales comenzarían a retirarse gradualmente, aunque ninguna entidad se atreve a fijar unos plazos. El único antecedente existente en la Europa del Euro de controles de capitales fue Chipre, que en marzo de 2013 los impuso para evitar la quiebra de su sistema bancario, mientras negociaba un plan de ayuda con la Troika (Bruselas, FMI y BCE). Estos controles de capitales han estado vigentes hasta abril de este año, cuando se han eliminado completamente. Otro ejemplo en Europa, aunque fuera de la zona del Euro, ha sido Islandia, donde los controles de capitales se impusieron en 2008 y se han retirado en junio de 2015.
Algunas entidades españolas consideran que si el resultado del referéndum es positivo hacia las medidas europeas, sin que haya mediado la petición del Gobierno de Alexis Tsipras en favor del 'sí', tendría que producirse un cambio de gobierno en Grecia, dado que el actual ejecutivo defiende oponerse a la propuesta europea. Esta inestabilidad política dificultaría el retorno de la confianza y una normalización rápida de la situación.
En caso de una victoria del 'no', los informes de los bancos españoles son coincidentes: los bancos griegos continuarán cerrados lo que alargaría el corralito 'sine die'. La bolsa también continuaría cerrada. Ante la falta de financiación, el gobierno griego se vería obligado a emitir una moneda paralela o algún medio de pago que sustituya al euro para cumplir con las obligaciones de sueldos, pensiones, sanidad... Se podría hacer con pagarés emitidos por el Estado o con otra moneda, lo que implicaría dos divisas circulando en paralelo. Esta nueva moneda podría llegar a estar devaluada en un 70% frente al euro, según se explica en varios informes.
Ante la falta de financiación, el gobierno griego se vería obligado a emitir una moneda paralela o algún medio de pago que sustituya al euro para cumplir con las obligaciones de sueldos, pensiones, sanidad...
En todo caso, sea cual sea la resolución del próximo referéndum, continuará la salida de depósitos del sector bancario griego que ya alcanza más de 40.000 millones desde el pasado mes de noviembre. Hasta el momento, el único motivo que ha impedido a los bancos griegos declararse en suspensión de pagos ha sido el oxígeno suministrado por el BCE a través del ELA. La decisión del BCE, de este pasado domingo, de mantener abierta esta línea de emergencia por valor de 89.000 millones evita la quiebra inmediata del sistema financiero heleno, pero deja al banco de Grecia sin apenas margen para suministrar de liquidez a sus bancos.
En el momento en el que el BCE corte la ELA, la crisis entraría en una fase ya sin retorno, dado que Grecia tendría que emitir otra forma de pago antes de reabrir sus bancos.