La mayoría de las aves acuáticas segregan una serie de sustancias aceitosas con las que lubrican sus plumas y consiguen que sean hasta cierto punto impermeables. Pero entre estos animales existen algunas especies que se sumergen a gran profundidad, como los más de 30 metros a los que bucean los cormoranes. El equipo de Robert Cohen, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), acaba de publicar un trabajo en el que analizan las propiedades de las plumas de seis especies de aves, tres de ellas del género de los cormoranes, y ha descubierto que es la estructura a nivel nanoscópico la que las hace profundamente hidrófobas.
Se analiza por primera vez el efecto aislado de la estructura
Las propiedades de este tipo de plumas ya se han puesto a prueba otras veces, pero en esta ocasión las han cubierto de una sustancia que anula el efecto del aceite, para poder comprender qué parte es efecto de la propia estructura. Durante las pruebas, como veréis en el siguiente vídeo, también han visto que al introducir la pluma en agua su estructura repele los líquidos mientras que si se sumerge en aceite queda empapada.
https://youtube.com/watch?v=XxA-0pTaqDc%3Frel%3D0
Muchas de las aves que se sumergen utilizan además otro "truco" para que el agua no entre en contacto con su piel, que consiste en que las plumas atrapan una pequeña capa de aire que hace de aislante. En el caso de los cormoranes, debido a la profundidad a la que nadan, este aire podría ser un impedimento, aparte de que la capa protectora colapsa a determinada profundidad. Lo que sucede es que el plumaje se empapa literalmente durante la inmersión, pero al salir se produce lo que los científicos denominan como un "desempapado instantáneo", debido a las microestructuras de las plumas.
El objetivo es construir materiales que permitan un “desempapado instantáneo”
Pero, si los cormoranes salen prácticamente secos del agua, ¿por qué esa costumbre de extender sus alas al sol tras las inmersiones? Los autores de este trabajo, publicado en Journal of the Royal Society Interface, consideran que el extendido de las alas sirve para terminar de secar algunas gotas que quedan fijadas en las alas, pero la causa última de este comportamiento sigue siendo un tanto misteriosa, en tanto que no siempre va unida a sus inmersiones (hay quien especula con que sea un hábito social, que ayude a la digestión o a regular la temperatura de estas aves).
https://youtube.com/watch?v=BppXPdr1XSI%3Frel%3D0
En cualquier caso, la intención de estos científicos del MIT no es desentrañar el misterio de las alas extendidas de los cormoranes sino copiar la estructura de este tipo de plumas para construir materiales que repelan el agua e incluso se "autosequen" con una simple sacudida. Y el siguiente paso será estudiar las plumas de aves que se sumergen a más profundidad todavía, como los pingüinos y los álcidos.
Referencia: Quantification of feather structure, wettability and resistance to liquid penetration (Journal of the Royal Society Interface) | Vía: MIT news
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