El líder de Podemos, Pablo Iglesias, sabe que la principal tarea que le han encomendado las bases de su partido en la Asamblea de Vistalegre es la construcción de una fuerza hegemónica que no dialogue con el PSOE, que salga a la calle y que vehiculice las demandas de una izquierda auténtica, huérfana de proyectos con opciones de tocar poder al medio-largo plazo. Un Podemos para la "lucha".
A Iglesias le bastó escuchar el sonido del cónclave, el audiómetro, para comprobar que el grueso de los afiliados le piden seguir los pasos de quienes son vistos como "referentes" de esa izquierda pura dentro del partido.: el cofundador y exsecretario de Programa Juan Carlos Monedero, los diputados Diego Cañamero, Manolo Monereo y Alberto Rodríguez y el eurodiputado Miguel Urbán. De ellos, sólo este último está en el Consejo saliente. Ahora, salvo Monedero, que seguirá como asesor aúlico de Iglesias, todos entrarán el máximo órgano entre Congresos.
Los tres primeros de este elenco pintan canas en política y tienen en común haber hecho carrera en el seno de Izquierda Unida. Monedero trabajó para el excoordinador general de IU Gaspar Llamazares; Monereo, muy próximo al histórico Julio Anguita, ha sido hasta hace poco miembro del Consejo Político Federal de IU; y Cañamero ha sido dirigente del SAT y alcalde de la CUT-BAI, facción de IU hasta 2015. Han actuado siempre como ideólogos de la izquierda más revolucionaria y han sido vanguardia en el perfomance de protesta social: desde las ocupaciones a los escraches o al Pásalo. Los más jovenes, Urbán, máximo representante de Anticapitalistas (antigua Izquierda Anticapitalista) y Rodríguez, conocido como El Rastas y exmilitante de IU, también apuntan maneras en el arte de insuflar moralina a la masa. Con el verbo y con el gesto.
Estos perfiles y, por supuesto, los de Irene Montero y Rafael Mayoral, fajados portavoces en el movimiento anti-desahucios y con cercanía al Rodea al Congreso, son el Podemos que han salido de Vistalegre en detrimento del sector de Íñigo Errejón y su apuesta por la transversalidad. Serán ellos los que marquen los ritmos de un nuevo ciclo de activismo callejero contra la "Triple Alianza", como dijo la propia Montero este domingo en alusión a PP, PSOE y Ciudadanos.
En su discurso como ganador, Iglesias lo dejó claro: llamó a los suyos a "ser capaces de seguir siendo un instrumento para el impulso constituyente de nuestra patria" a través de un Podemos "unitario, femenino y fraterno" capaz de ser "el apoyo de las mayorías sociales". Es precisamente Monereo el padre intelectual de esa "impulso constituyente" que el líder morado quiere dar al partido. En uno de los documentos elaborados por la candidatura pablista, titulado Crisis de régimen y proceso constituyente, el exdirigente de IU dice que "en las circunstancias históricas actuales, solo una auténtica primavera de círculos por todo el país tendrá la capacidad real de despertar al constituyente, en un inmenso esfuerzo de pedagogía cívico-popular acaso nunca antes visto en nuestra historia reciente".
Así mismo, el documento político de 'Podemos para Todas', que obtuvo el 56% de los apoyos, frente al 33% que registró el proyecto aperturista de Íñigo Errejón, establece que "la construcción de un movimiento popular no es un fetiche, sino la única forma de avanzar. Solamente con diputados, portavoces y un buen discurso que conecte con las necesidades de la mayoría no basta. Para ganar necesitamos gente organizada, activa y con capacidad para movilizarse y llevar los debates del cambio constituyente a la sociedad", señala el texto vencedor, el famoso Plan 2020.
Pero hubo otra frase del cierre de Iglesias que dejó entrever lo que puede estar por venir. "Unidad y humildad, hasta la victoria", advirtió a los errejonistas. En el entorno del secretario Político en funciones, temen que se produzca una purga de quienes no comparten la hoja de ruta ganadora. Y la temen a todos niveles: partido, grupo parlamentario, equipo de prensa, redes sociales... A nivel interno se prevén cambios sensibles en la distribución de las secretarías, donde los moderados se han arriesgado a perder puestos destacados como la secretaría Política del propio Errejón, la de Relaciones Internacionales (Pablo Bustindu), la secretaría de Coordinación Ejecutiva (Ángela Ballester), la secretaría de Acción Institucional (Auxiliadora Honorato) y la secretaría de Rescate Ciudadano (Tania González).
También en el grupo parlamentario se da por hecha una profunda remodelación tanto en la dirección del mismo, donde Errejón perdería la portavocía y algunos de afines dejarían también de ser portavoces de Comisión. Por ejemplo, el juez y diputado por Baleares Juan Pedro Yllanes, portavoz de la nueva Comisión anticorrupción, llamada a tener fuerte visibilidad mediática. De momento, la idea que manejaban este domingo los pablistas, según fuentes internas, es convocar para el próximo fin de semana el Consejo Ciudadano que deberá estudiar y aprobar los nuevos nombramientos. De aquí saldrá también la composición del Consejo de Coordinación, formado por Iglesias y un equipo de entre 10 y 20 colaboradores que tomarán las decisiones del día a día del partido.