La proliferación del uso de la Inteligencia Artificial -IA- ha hecho que cada vez sea más importante ser capaz de distinguir el uso de esta tecnología. En los últimos años, su influencia en los distintos sectores ha ido en aumento: creación y corrección de textos, generar imágenes, diseños y todo tipo de ilustraciones, e incluso la reproducción de voces. Ya son muchos los escándalos y confusiones que ha causado esta tecnología, incluso a nivel político, con el consiguiente riesgo de la proliferación de 'fake news' y bulos. Así, hay algunos trucos y señales que pueden ayudar a detectar que una imagen ha sido generada por inteligencia artificial.
Analizar los detalles es la primera de las recomendaciones. Una de las zonas en las que esta tecnología comete más errores y se hace más evidente es, en el caso de fotografías de personas y retratos, la parte de las manos y los dedos. Así, pueden surgir formas extrañas y posiciones imposibles, así como texturas inusuales en partes como la piel o el cabello. Finalmente, la iluminación es otro de los puntos débiles de la inteligencia artificial, creando así sombras irreales o imposibles.
Indicadores que delatan el uso de IA
Además de prestar atención a los pequeños detalles, los profesionales dan otros dos trucos o 'tips' para no vernos sorprendidos por una imagen falsa y caer en un bulo o 'fake new'. Los bordes de los objetos y, en general, elementos perfilados, es otra de las zonas a las que atender en estos casos. Algunos de ellos pueden parecer poco naturales, sin olvidar el fondo: en muchos casos la IA recurre al desenfoque o poca definición.
Finalmente, las proporciones anatómicas fuera de lo normal también son frecuentes. De igual forma, es importante destacar que este tipo de tecnología mejora a pasos agigantados y, guste o no, ha llegado para quedarse. A pesar de los numerosos riesgos que entraña si se utiliza de forma incorrecta, también puede ayudar a mejorar algunos servicios y el desempeño de la actividad de distintos sectores laborales. Algunos de ellos son los analistas de datos avanzados, especialistas en ciberseguridad y gestores de datos éticos, entre otros.