Falta poco más de un mes para la 78ª Feria del Libro de Madrid, que tendrá lugar entre el 31 de mayo y el 16 de junio. Este año el cartel corresponde a Sara Morante, la encargada de ilustrar esta nueva edición dedicada a la República Dominicana y cuyo lema es Una historia a cada paso. Manuel Gil, director de la Feria desde hace dos años, decidió recuperar esta costumbre. También puso en marcha una serie de decisiones encaminadas, según la institución, a hacer más práctico y efectivo el funcionamiento de la feria.
No todos piensan como él, justo el año pasado hubo algunos encontronazos entre la organización y los expositores. La Asociación de Editores se quejó, por ejemplo, de la reubicación y reducción de las casetas, además de una potente criba que dejó a muchos fuera. Entonces Gil aseguró que la Feria no podía sostener más su gigantismo: el espacio disponible en el Paseo de Coches del Retiro alcanza unos 1.300 metros disponibles, cuando la solicitud de metros para libreros, distribuidores, editores y librerías normalmente alcanza los 1.400.
Retos
Este año, la Feria del Libro de Madrid se enfrenta a no pocos retos. Marcada por el sambenito del tiempo, ese escapulario penitenciario de las tormentas con ventarrón, el mal tiempo se cebó con los expositores durante la edición pasada. El escollo metereológico incidió negativamente en las cifras de ventas. Semanas lluviosas e incluso la propia inestabilidad que generó la moción de censura tuvieron influencia.
Después de días de rumores sobre la continuidad de la Feria del Libro en el Parque del Retiro, la feria llegó a su fin con cifras muy pobres: 7% menos de ventas y 2,2 millones de visitantes. Aquello fue un palazo para un sector que desde hace cinco años ha visto una caída del 40%. La Feria del Libro de Madrid, como Sant Jordi, es un momento fundamental para editores y libreros, que se juegan sus cifras anuales en esas ventas. El asunto, por inexplicable que parezca, encontró en la lluvia el agravante para un mercado ya castigado por la reconversión digital, la presencia de nuevos actores como Amazon, además de una renuncia hacia la lectura. Esos siguen siendo los retos para esta edición.