El museo Chillida Leku, ubicado en el caserío Zabalaga, a las afueras de Hernani (Guipúzcoa), reabrirá sus puertas al público el próximo miércoles 17 de abril "adaptado al siglo XXI" y manteniendo su "esencia" para respetar el legado del artista vasco. La exposición inaugural, titulada 'Eduardo Chillida. Ecos', incluye obras del escultor que abarcan desde finales de la década de los años 40 hasta el año 2000.
La muestra está comisariada por uno de sus hijos, Ignacio Chillida, junto al equipo de investigación del propio museo y la selección profundiza en el desarrollo creativo del artista, su uso de los materiales y la evolución de sus ideas a lo largo de su trayectoria artística.
La nueva directora de Chillida Leku, Mireia Massagué, junto a Ignacio y Luis Chillida, han presentado este martes los detalles de la reapertura del museo que, previamente a su apertura oficial al público en general el día 17 de abril, contará con un acto institucional previo este miércoles en el que participarán, entre otros, el ministro de Cultura, José Guirao, y el lehendakari, Iñigo Urkullu.
Compuesto por un paraje de esculturas al aire libre y un espacio expositivo ubicados en el entorno del caserío Zabalaga, construcción del siglo XVI, Chillida Leku fue fundado por Eduardo Chillida en el año 2000 junto a su mujer Pilar Belzunce, tambié fallecida. Desde enero del año 2011 solo podía visitarse bajo cita previa, pese a varios intentos y negociaciones con instituciones públicas para tratar de reabrirlo tras su cierre en enero de 2011.
La nueva responsable ha explicado que se trata, en esta nueva etapa, de "mejorar y adaptar la experiencia del visitante" con actuaciones como la renovación de la tienda, la apertura de una cafetería o la intervención paisajística en la zona de la entrada, una remodelación que ha sido ideada por el arquitecto argentino Luis Laplace.
En esa línea, ha destacado que Guipúzcoa se encuentra en "un momento muy especial", con el crecimiento que ha registrado el territorio en el sector turístico, y ha incidido en la importancia de Chillida Leku para "sumar y aportar valor" en ese ámbito. De este modo, ha apostado por el trabajo para impulsar un "eje cultural del norte", con otros museos, y así se pueda convertir en "un nuevo atractivo como lo ha sido hasta ahora la gastronomía".
Nueva ubicación
Por su parte, Ignacio Chillida ha explicado que se ha tratado de "respetar lo que era Chillida Leku, pero adaptándolo a las nuevas tecnologías". La primera exposición de la nueva etapa del espacio museístico reúne más de 90 piezas con obra en hierro, granito, yeso y papel, "sin dejar de lado series significativas" como las 'Gravitaciones' (esculturas en papel donde el relieve y el vacío cobran especial importancia) y las 'Lurras' (piezas elaboradas con tierra chamota).
La exposición en el exterior cuenta con 43 esculturas, algunas de ellas ubicadas por primera vez en este espacio de la finca Zabalaga, y que han "regresado por una temporada". Es el caso de la pieza 'Elogio del hierro', que se encontraba en la sede del BBVA en Bilbao y ahora se ubica frente al caserío que Alberga el museo.
Las salas superiores del interior del caserío trazarán un recorrido dedicado a la escultura pública del creador donostiarra, que "tanta importancia tenía para este artista cuya obra monumental se encuentra hoy en día distribuida en más de 40 ciudades".
La primera parte de la muestra interior se centra en la etapa 1948-1951 y en los comienzos de Eduardo Chillida como escultor con obras realizadas en París. Otra de las salas alberga sus trabajos en su "vuelta al País Vasco, y especialmente a Hernani" con sus primeras esculturas en hierro, mientras que otro de los espacio presenta al visitante las esculturas de alabastro, la "luz" y la arquitectura.
Uno de los focos de la muestra se centra especialmente en la escultura 'Peine del viento XV', ubicada en la falda del monte Igeldo, donde residía el artista. El conjunto fue un encargo que para el escultor tenía "un profundo significado" y al que recientemente ha sido otorgado un grado especial de protección al ser declarado Conjunto Monumental por el Gobierno Vasco.
Las piezas de esta primera exposición proceden no solo de la Sucesión de Eduardo Chillida, sino de esculturas que raramente han sido expuestas y que provienen de préstamos realizados por museos, instituciones y colecciones privadas.
Es el caso de las relevantes esculturas en hierro 'Deseoso' (1954, procedente de Fundación laCaixa) y 'Del plano oscuro' (1956, propiedad de la Fundación ICO depósito Museo Reina Sofía), además de varias piezas destacadas como 'Hierros de temblor' (1957), 'Yunque de sueños VII' (1959), o 'Buscando la luz III' (1997).
Para contextualizar las obras, en la muestra se podrá contemplar también importante material documental de archivo en el que se incluyen fotografías, manuscritos originales, correspondencia o catálogos de exposiciones de los primeros años de su trayectoria artística. Todos ellos pertenecen al archivo de Eduardo Chillida, conservado de forma permanente en el museo.
Ignacio Chillida ha dado la bienvenida a los nuevos visitantes de Chillida Leku que, según ha remarcado, en estos 8 años "no ha estado cerrado del todo porque ha sido visitado por cerca de 50.000 personas, aunque siempre hemos querido que la gente venga a la puerta y entre".
Por su parte, su hermano Luis ha expresado que la familia Chillida está "muy contenta" con este nuevo Chillida Leku que "sigue teniendo su misma esencia". "Volver a ver a gente paseando por aquí va a ser una enorme satisfacción", ha expresado, al tiempo que ha destacado las "nuevas posibilidades" del espacio, que "es lo mismo pero de una forma diferente". "Va a ser no solo lo que fue, sino mucho más de lo que fue", ha resaltado.
Paraje de esculturas
Chillida Leku está ubicado a las afueras de Hernani, muy cerca de San Sebastián y está compuesto por un paraje de esculturas al aire libre y un espacio de exposiciones en el interior del caserío de Zabalaga.
La casa y sus terrenos adyacentes fueron adquiridos en los años ochenta por Eduardo Chillida y su esposa Pilar Belzunce, quienes personalmente los restauraron y acondicionaron a lo largo de más de 15 años. Este proyecto de rehabilitación fue llevado a cabo en estrecha colaboración con el arquitecto vasco Joaquín Montero.
El escultor vasco buscaba un hogar para sus obras -un "lugar" (en euskera, leku)- donde las generaciones futuras pudieran "conocer y experimentar su arte en un emplazamiento inigualable".
El edificio histórico está rodeado por 11 hectáreas (110.000 metros cuadrados) de terreno a lo largo de las cuales pueden admirarse cerca de 40 esculturas originales del artista entre las que destacan 'Buscando la luz I' (1997) o 'Lotura XXXII' (1998) realizadas con acero corten, un material con fuertes resonancias del pasado industrial de la región.