Gil de Biedma en uno de sus poemas habla de algo que tardamos en entender, pero que es fundamental:
“Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra”.
Pues bien, si la vida va en serio, va de prioridades. Sí, de establecer la jerarquía de lo que más renta en esta efímera vida.
Las prioridades de nuestra sociedad son claras. Una de ellas es “dejar huella”, cómo dice el poema. Otra, cuando prima la eficacia y rapidez a lo bien hecho y mejor. O anteponer las ideologías a las personas. Y cómo no, puja fuerte también, la imagen que das por encima de quién eres (con tus errores). Todas éstas se alejan del verdadero éxito.
Para este 2025 te propongo otras prioridades que buscan algo diferente a ensalzar nuestro ego y polarizar nuestras relaciones, que el otro día alguien me sugirió.
Las personas por encima de las gestiones.
Lo esencial por encima de lo opinable.
Lo sobrenatural por encima de lo natural.
Por concretar y resumir, para el próximo año te propongo ser idiota. ¿Idiota? Sí, ha leído bien. Manuel Martínez-Sellés en su libro, Salva tu matrimonio, habla de esto: «… en todo matrimonio tiene que haber por lo menos un idiota, que es el que cede, el que da lo mejor al cónyuge, que se queda lo peor… Y si los dos son idiotas, pues genial, así ambos pondrán siempre al otro por delante». Por cierto, el libro merece la pena.
Martínez-Sellés añade significado diciendo que IDIOTA es también una sigla, formada por las siguientes palabras:
Ignorar lo malo.
Dulzura.
Integrar al otro.
Original.
Trabajador.
Agradable.
Un estilo de vida, poner siempre primero a tu cónyuge, amigo o a todo el que ames, siendo un auténtico IDIOTA.
