Todos tenemos clara la importancia te llevar una alimentación sana y equilibrada. Desde hace años, muchas son las investigaciones que confirman que el consumo habitual de determinados alimentos aporta numerosos beneficios a nuestro organismo. Alimentos como los ricos en hierro, que nos ayudan a combatir la anemia y el cansancio, los probióticos, que cuidan de nuestro organismo, o los que mejoran la memoria y la concentración.
Ddesde tiempos inmemorables se han utilizado diferentes alimentos y plantas como base de la medicina natural. Alimentos y plantas a los que se les atribuyen 'poderes' para luchar contra virus, bacterias y hongos y que refuerzan y ayudan al sistema inmunitario. Son los conocidos como alimentos antibióticos, entre los que encontramos a conocidos ingredientes de nuestra cocina y cuyo consumo aporta grandes beneficios a nuestro organismo.
Teniendo claro que los milagros no existen, esto no quiere decir que sustituyan a medicamentos prescritos por un profesional, sino que sus propiedades ayudan a prevenir y paliar ciertas dolencias. Además, en los últimos tiempos se ha detectado una resistencia cada vez mayor a los antibióticos farmacéuticos. El consumo excesivo de estos medicamentos, o un uso inadecuado, además de peligroso para la salud, puede hacer que las bacterias se hagan resistentes.
Varios estudios también señalan que el abuso de estos antibióticos puede dañar la flora que apoya la función inmunitaria, facilitando y potenciando la aparición de las conocidas como infecciones de repetición.
¿Cuáles son los alimentos con antibióticos naturales?
Tal y como comentábamos, incluir determinados alimentos y plantas con propiedades antibióticas en nuestra dieta diaria ayudará notablemente a nuestro sistema inmunitario. Hablamos de conocidos alimentos, presentes en la mayoría de las cocinas, con los que podremos combatir a los causantes de muchas enfermedades, como respiratorias o digestivas.
Ajo
Puede que el ajo sea el antibiótico natural más conocido y potente que exista. Con propiedades antifúngicas y antibacterianas, el ajo, tomado crudo, lleva siglos utilizándose para protegernos de enfermedades como la gripe. Las investigaciones confirman su efectividad ante diversas bacterias y parásitos, convirtiéndolo en un remetido efectivo y económico.
Miel
Otro de los antibióticos naturales conocidos desde hace miles de años es la miel. Este agente antimicrobiano, uno de los más potentes, es perfecto para combatir los resfriados en las épocas de más frío. Además, cuenta con importantes niveles de antioxidantes, y es rica en vitaminas, minerales y aminoácidos.
Romero
Al igual que otras hierbas aromáticas como el tomillo, el clavo, el orégano o la salvia, el romero tiene una acción antibiótica muy eficaz, principalmente contra agentes responsables de infecciones urinarias y diarreas. Además de incluirlo en nuestros platos, el romero tomado en infusión se convertirá en un gran aliado para nuestro organismo pues se le atribuyen propiedades antibacterianas y antivirales.
Canela
Aunque popularmente se le atribuyen poderes estimulantes para el deseo sexual, la canela también es un potente analgésico y antibiótico natural. Su uso medicinal es muy antiguo y, tomado en pequeñas y justas cantidades, resulta beneficiosa para la salud. Aseguran que mitiga los síntomas del resfriado. Según un estudio publicado en Microbiology y desarrollado por la Universidad de Swinburne, Australia, la canela, al igual que otros compuestos de origen vegetal, combaten las bacterias, incluidas las que se han vuelto resistentes a los antibióticos.
Cebolla
Al igual que el ajo, la cebolla es considerada uno de los antibióticos naturales más admirados y económicos que existen. Su uso está principalmente ligado a las infecciones del aparato respiratorio, por sus propiedades expectorantes, antibacterianas y antiinflamatorias. Además, su alto contenido en azufre evita la propagación de las bacterias.
Semillas de calabaza
Las semillas de calabaza han sido utilizadas durante miles de años por algunas culturas como remedio frente a los parásitos. En la actualidad, diferentes estudios han señalado la capacidad antibacteriana y antiviral de la proteína de las semillas de calabaza.
Cúrcuma
Originaria de la India, donde ocupa un pilar importante en su medicina, la cúrcuma es muy beneficiosa para las infecciones estomacales e intestinales. Entre sus ‘poderes’ encontramos propiedades curativas, antiinflamatorias, antifúngicas, antisépticas y antibacterianas. Estudios recientes han señalado que el consumo de cúrcuma estimula la producción y el funcionamiento de las células inmunitarias.
Jengibre
Esta raíz, tan de moda en nuestra cocina desde hace unos años, es un poderoso aliado para nuestra salud. Al jengibre se le atribuyen propiedades antibióticas, antiinflamatorias y antibacterianas, por lo que su consumo habitual nos ayudará a tener una salud más fuerte. Además, favorece el crecimiento de microorganismos buenos como la flora intestinal perfectos para combatir enfermedades. Se aconseja su uso para afecciones de garganta e infecciones intestinales.
Aloe vera
Popularmente conocida por su uso tópico, el consumo de aloe vera también aporta importantes beneficios. Entre sus propiedades encontramos su poder antibacteriano, siendo eficaz frente a varias cepas bacterianas, su uso como analgésico y antiinflamatorio y su capacidad regenerativa de las células de la piel.
Regaliz
Otro alimento con siglos de uso medicinal es el regaliz. Ya en la antigua Grecia se utilizaba para tratar las afecciones respiratorias. Además de sus propiedades expectorantes, protege las mucosas del aparato digestivo y respiratorio y previene al organismo contra virus y bacterias.