La menopausia va unida a una serie de cambios en el cuerpo de las mujeres. En algunos casos se puede coger algo de peso, en otros se siente la piel más seca y tirante y hay ocasiones en las que el cabello y su fuerza también puede verse afectado por esta nueva etapa vital y hormonal. Aunque cada caso y cada mujer es diferente, a partir de los 40, las mujeres suelen empezar a notar que su pelo no es el mismo de antes y se experimentan ciertos problemas capilares que antes no teníamos.
“Con la llegada de la menopausia, se produce un fuerte cambio hormonal entre los estrógenos (hormona femenina) y los andrógenos (hormona masculina). En este momento, se origina un descenso progresivo de los estrógenos mientras que la testosterona se mantiene estable, y esto, unido a la llegada de la menopausia en la que los ovarios dejan de producir esta hormona, provoca que el ciclo del cabello cambie, se acorte y éste haga que se caiga el pelo con una mayor facilidad” explica la doctora Basilisa Martínez.
Durante esta etapa, las mujeres suelen empezar a notar que su melena comienza a perder grosor, aumenta la caída, falta de brillo en el pelo, cambio de textura o incluso observar que el cabello está más seco, por este motivo, la doctora afirma que “hay que concienciar a estas pacientes sobre la necesidad de tratar y cuidar el cabello de forma preventiva, para tratar de reducir al máximo estos efectos de la menopausia”.
Además, el desequilibrio hormonal que se produce cuando llega la menopausia también provoca que, mientras se cae más pelo de nuestro cuero cabelludo, de los brazos o las piernas, puede suceder que crezca más vello en otras zonas, como alrededor de los labios o en el mentón.
Así notarás la menopausia en tu pelo
Entre las señales que nos deben hacer ver que podemos estar ante un problema de caída de cabello como consecuencia de la menopausia, se encuentra que observemos que el cabello tiene menos volumen y se vuelve más seco, más fino y más quebradizo. Lo veremos sin brillo ni fuerza y además pueden empezar a aparecer las canas por una pérdida de pigmentación.
Podemos controlarlo con el llamado ‘efecto coleta’, es decir, cuando vemos que al hacernos una coleta cada vez va siendo más fina. No esperes y pide ayuda a un profesional para que te asesore sobre lo mejor para tu problema.
Cómo cuidar el cabello en la menopausia
El cabello dice mucho de una persona y de su estado de salud en general. Por eso, comer de forma equilibrada, hacer ejercicio de forma regular o cuidar la higiene, son algunos de los hábitos clave para tener un buen estado de salud general, y que también se refleja en el estado de nuestro cabello. La doctora nos da algunos consejos para lucir una bonita melena también durante esta etapa:
- Alimentación. Una correcta elección de los alimentos es siempre un excelente tratamiento para el cabello, por eso, mantener una alimentación saludable y equilibrada nos ayudará a no tener ningún déficit en nutrientes esenciales para el cabello.
- Deporte. Llevar una vida activa es muy recomendable para nuestro cabello. Cuando practicamos ejercicio, el flujo sanguíneo y la oxigenación se activan, ayudando a mejorar la tonificación del cuero cabelludo y a prevenir la caída de pelo.
- Cuidar la higiene. Seguir una correcta higiene y lavarse el cabello a diario es clave a la hora de tener un cabello sano.
- Evitar el tabaco y el alcohol, así como utilizar suplementos vitamínicos que ayuden a completar las posibles carencias, siempre bajo la supervisión médica, también es muy recomendable.
No solo los cambios hormonales afectan a la caída del cabello, puede haber otras posibles causas relacionadas con esta pérdida, como puede ser la herencia genética, una alimentación inadecuada, el estrés o la ansiedad, entre otros. Por eso, si esa caída es preocupante, se recomienda siempre acudir a un especialista para saber realmente dónde está el problema, detectar la causa y buscar la mejor solución para cada caso.
Tratamientos de última generación
Por todo esto es muy importante insistir en llevar unos hábitos de vida saludables y, sobre todo, evitar carencias nutricionales que puedan aumentar la pérdida de cabello, aunque hoy en día existan también tratamientos que pueden ser muy útiles en estos casos y ayuden a frenar esta caída, como es el caso de la mesoterapia capilar. Entre otros, existe el tratamiento MesoHair+ Insparya, un tratamiento de bioestimulación y nutrición capilar que está orientado a promover la producción de cabello fortalecido y tratar la pérdida de pelo.
Tal y como explica la doctora Martínez, “es una técnica rápida, cómoda y de fácil aplicación. Consiste en la administración subcutánea de un preparado que activa biológicamente las células de unidades foliculares, promoviendo la producción de cabello de mayor calidad y resistencia”.
Otro tratamiento que es un potente bioestimulador y regenerador de tejidos es el Active Plasma Insparya, ya que activa la proliferación de fibroblastos, células esenciales para la estructura del folículo piloso que sintetizan colágeno, elastina y ácido hialurónico. Es una técnica no invasiva y rápida que obtiene plasma enriquecido en plaquetas de la propia sangre del paciente mediante una sencilla extracción y que se aplica mediante infiltraciones en el cuero cabelludo.
Aunque, por supuesto, para casos de alopecia en mujeres más avanzadas o con algún otro tipo de patología que requiere de tratamientos más largos o complicados, el trasplante capilar puede ser una solución. Es un procedimiento que se realiza de forma ambulatoria, con anestesia local. La técnica consiste en coger unidades foliculares de una zona donante, para ponerlas en la zona afectada por la alopecia.
Asimismo, la doctora Basilisa afirma que “si alguna mujer está sufriendo esos cambios hormonales por la menopausia y está notando pérdida de densidad en su melena, pero no se quiere someter a una cirugía, existe también la opción de utilizar un Sistema de Integración Capilar, consiguiendo devolver la densidad, volumen y buen aspecto al cabello con un procedimiento no invasivo”.
Se trata de un sistema hecho a medida para cada paciente, con el objetivo de convertirse en una segunda piel y conseguir que el aspecto del cabello sea lo más natural posible, con una duración promedio de tres años. Está compuesto por un material biocompatible y producido con cabello virgen y nunca tratado, es de fácil aplicación y no es necesario afeitarse el cabello subyacente para su colocación.