Los músculos también sufren cuando llega el invierno. El clima frío hace que los músculos pierdan más calor y se contraigan haciendo que apretemos y encojamos el cuerpo. Las articulaciones también se tensan más, por lo que podrían perder su rango de movimiento y los nervios podrían ser pinzados con mayor facilidad, por eso es posible que en invierno sientas más dolor en los músculos y también un mayor dolor articular.
El frío, la humedad y los cambios bruscos de temperatura son los principales responsables de esas molestias, ya que las bajas temperaturas hacen que los músculos, tendones y ligamentos estén más entumecidos y rígidos, lo que puede provocar la aparición de contracturas, principalmente en cuello y espalda. Estos dolores pueden aparecer sin previo aviso y en cualquier momento, lo que podrá afectar a tu rutina diaria, ya que habrá actividades que no podrás hacer o con las que sentirás malestar.
Además, también afectan a las articulaciones, ya que el frío puede provocar un aumento de la viscosidad del líquido sinovial, que es el encargado de lubricar y nutrir al cartílago. Como consecuencia, provocará mayor rigidez y por tanto, menos capacidad de movimiento y mayor dolor. Por último, el frío también aumenta la percepción del dolor, sobre todo en personas que sufren enfermedades reumáticas o inflamatorias.
Deporte y dolor muscular
Debido a los efectos de temperaturas más bajas, los músculos se ven obligados a trabajar mucho más para completar las mismas tareas que se hacían fácilmente con un clima templado, lo que puede causar daño al tejido muscular. Sabemos que practicar ejercicio en invierno puede costar y que tenemos la tentación de quedarnos en el sofá viendo una película en lugar de ir al gimnasio, pero la vida sedentaria no ayudará en nada a tus músculos ni al resto de tu cuerpo.
El ejercicio físico regular (al menos cuatro días a la semana) es una parte vital de la salud general, pero también es importante para la salud de las articulaciones. Los ejercicios de bajo impacto promueven la función articular, mejoran la amplitud de movimiento y reducen la rigidez, el dolor y la fatiga. Por eso, si durante la práctica deportiva en invierno sientes más dolor con el mismo nivel de ejercicio que practicabas antes, puede ser que tu cuerpo necesite un tiempo de calentamiento extra.
Inicia tu sesión deportiva con ejercicios cardiovasculares ligeros para elevar la temperatura corporal y hacer que el oxígeno y la sangre fluyan mejor por todo el cuerpo. También son importantes los estiramientos, no solo después de entrenar, sino antes, para mejorar el rendimiento general.
Adiós al dolor en los músculos
En lugar de renunciar al ejercicio de invierno, adapta tu sesión deportiva a tus necesidades para sentirte bien durante los meses más fríos del año y sigue una serie de consejos durante el día a día para prevenir las molestias musculares. Los expertos de Kyrocream nos dan las pautas para prevenir el dolor muscular y articular en invierno:
-Higiene postural. Una mala postura puede provocar molestias y dolores. Por lo que hay que tener cuidado a la hora de sentarse, tumbarse, agacharse, coger peso o hacer deporte. Principalmente si por motivos laborales pasas muchas horas sentado o de pie. Quizá necesites en algún momento acudir a un fisioterapeuta que te ayude a activar y poner en forma tus músculos.
La mayoría nos encogemos de hombros, agachamos la cabeza y tendemos a encogernos involuntariamente de manera cotidiana. Por eso, las lesiones musculares por culpa del frío más habituales son los dolores de hombros, cuello y espalda.
-Alimentación saludable. Una dieta sana, equilibrada y variada es el secreto para cuidar de nuestra salud interior y exterior. Aprovecha las frutas y verduras de temporada, los caldos calientes, los platos de cuchara con legumbres y evita como siempre el azúcar y los platos precocinados.
-Peso bajo control. El exceso de peso es perjudicial para los músculos y las articulaciones sobre todo de la parte inferior del cuerpo. Cuidar tu peso es bueno, por lo que si lo consideras necesario, ponte en manos de un experto que te ayude a perder esos kilos que tal vez estén afectando también a tus músculos y articulaciones.
-Ropa adecuada. El efecto cebolla aquí es más necesario y útil que nunca. Lleva varias capas de ropa para que puedas adaptarte a temperaturas interiores y exteriores. Procura que no sea demasiado apretada y siempre de una calidad buena para que puedas transpirar cuando vayas más abrigado.
-Ejercicio físico. El dolor y la rigidez pueden aumentar si no te mueves. En invierno, aunque nos pueda dar pereza, también hay que hacer ejercicio físico para sentirnos bien por dentro y por fuera. Lo ideal es hacer ejercicio moderado y de bajo impacto, pero esto depende de cada persona y de tu condición física o las rutinas deportivas a las que estés acostumbrado. También es importante ganar fuerza muscular para que las articulaciones estén protegidas. Como siempre decimos, hay que combinar entrenamientos de fuerza con otros cardiovasculares para sentirnos mucho mejor y estar más sanos.
-Hidrátate bien. Una forma de combatir dolor muscular debido al frío es la hidratación, por eso debes beber agua regularmente durante el día. En verano es más fácil conseguirlo porque el calor nos provoca sed, pero con las bajas temperaturas puede pasar mucho tiempo y darnos cuenta de que no hemos bebido agua. Esto es un error, sigue bebiendo agua como el resto del año.
-Estiramientos. Estirar todos los días es bueno para músculos y articulaciones. Dedica cinco minutos cada mañana al levantarte a estirar tus músculos con tranquilidad, notarás cómo tu cuerpo se ‘despierta’ y se prepara para afrontar el día. Combatirás así la rigidez a la vez que protegerás el cartílago de un mayor desgaste.
-Cremas de masaje efecto calor que ayudan a preparar los músculos y los ligamentos para el ejercicio físico, evitando las lesiones. Este tipo de cremas ayudan además a mantener la elasticidad muscular necesaria para evitar lesiones (contracturas, tirones, calambres, agujetas…) y disfrutar como nunca del deporte y la actividad física. Su aplicación ayudará a mantener un buen tono muscular a lo largo del tiempo.