Dicen que cualquier momento es bueno para iniciar un buen hábito como es el ejercicio físico. Sin embargo, no todas las etapas de nuestra vida requieren del mismo tipo de entrenamiento. Y es que, con el paso de los años, nuestro cuerpo cambia, y las necesidades de este también. Así, aunque siempre es beneficioso practicar deporte, tal y como afirman reconocidas instituciones como la Organización Mundial de la Salud, es importante conocer tanto lo que nuestro cuerpo requiere, como hasta dónde puede llegar.
Y no solo hay que tener claro que no se puede entrenar de la misma manera a los 50 años que a los 20, hay que tener en cuenta que con la edad influyen factores como la disminución de la testosterona, la ralentización del metabolismo y la respuesta del cuerpo ante las rutinas más intensas.
Diferentes estudios señalan que las lesiones más comunes ocurren entre las personas de 40 y 50 años. Algo que generalmente tiene que ver con el intento de seguir el mismo ritmo y tipo de entrenamiento que en épocas anteriores.
Para poder disfrutar de los beneficios del ejercicio físico efectivo, saludable y sin lesiones, es importante modificar y corregir algunos hábitos y, sobre todo, conocer los errores más comunes que conviene evitar a partir de los 50 años.
Los errores más comunes que debes evitar al hacer ejercicio a partir de los 50 años
- Olvidarse de los ejercicios de fuerza: tal y como señalan los expertos, a partir de determinada edad, son muchos los que se olvidan de las pesas y los ejercicios de fuerza. Un importante error ya que es en torno a los 45 años cuando la pérdida de masa muscular es más evidente. Por ello, es recomendable hacer ejercicios de fuerza para retrasar esa pérdida y ayudar a que los músculos crezcan en tamaño y fuerza.
- Entrenar demasiado: otro de los errores es pensar que cuanto más se entrena, mejor. En los últimos tiempos, entrenadores profesionales y médicos especialistas insisten en la importancia del descanso para asegurar la recuperación muscular. Además, es inevitable que con el paso de los años, también cueste más recuperarse tras un entrenamiento.
- No hacer suficiente cardio: tal y como comentábamos, a partir de cierta edad, es más complicado acelerar el metabolismo, algo que va también asociado a una dificultad para perder peso. A partir de los 50 años, el cuerpo sufre una ralentización de este proceso que quema calorías, por lo que es fundamental incluir en nuestro entrenamiento ejercicios de cardio que, además de fortalecer el sistema cardiovascular, las quemen.
- No cambiar o adaptar los objetivos: la edad no debería nunca limitar el ejercicio. Así, si nuestra salud lo permite, algo para lo que podemos siempre consultar con nuestro médico, practicar deporte debería formar parte de nuestro día a día. Sin embargo, es importante fijar los objetivos, que no serán los mismos a los 20, que a los 40, ni a los 50. Hay que tener siempre claro que el cuerpo ya no es el mismo, y no puede responder de la misma mantera ante las rutinas e intensidades del ejercicio
- Exigirse de más: según los expertos, es preferible la calidad que la cantidad. Aunque siempre hay que ser consciente de las limitaciones personales, y escuchar al cuerpo en todo momento, a partir de los 50 años es recomendable evitar largas e intensas sesiones de ejercicio que pueden provocar, además de lesiones, el efecto contrario al deseado. Es decir, hay que evitar exigir al cuerpo más de lo que puede dar, algo que en ocasiones, en nuestro afán por mejorar y conseguir el aspecto físico deseado, se olvida.