La concentración a la hora de trabajar es algo fundamental y la ciencia ha encontrado un motivo que puede provocar que eso se altere. Hay una certeza que tiene que ver con la relación directa entre la comida y la felicidad. Y es que, el estado del sistema digestivo repercute directamente en la salud mental y en nuestro estado de ánimo. El cerebro y el estómago están unidos y dependen el uno del otro.
Sobre esta tesis ya más que establecida, la ciencia ha ideado otra teoría en la que se relaciona la sensación de hambre con el nivel de concentración durante la jornada laboral. Una mala salud digestiva impide la correcta absorción de nutrientes importantes para nuestro cerebro y sistema nervioso, y eso influye directamente a la hora de estar atento mientras se está trabajando.
Una persona tiene hambre cuando la mucosa digestiva de su estómago se encuentra perjudicada o es demasiado permeable. La respuesta involuntaria que realiza nuestro cuerpo se traduce en dolores abdominales y sensación de cansancio. Todo esto repercute a nuestro estado de ánimo y hace que sea más posible cometer cualquier despiste.
A continuación, te contamos lo que la Ciencia y la psicología dicen acerca de la relación entre lo que comemos y el nivel de concentración del cerebro.
La Ciencia explica la relación entre la concentración y la comida
Dentro del amplio campo que es la psiquiatría, está la ramificación que se dedica al aspecto nutricional y que se encarga de estudiar el vínculo entre la alimentación y el estado mental de una persona. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que todos los alimentos que contienen altas cantidades de azúcar y grasa son los que una persona está deseando comer cuando tiene un nivel de estrés elevado. Consumir este tipo de comida contribuye a que esa persona pase a estar mucho más tranquila
Según un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el intestino posee unos microbios que crean neurotransmisiones como serotonina y dopamina. Ambas hormonas funcionan como neurotransmisores que tienen una gran influencia en la salud mental del ser humano, ya que se encargan de regular nuestro estado de ánimo y nuestras emociones.
Mientras estamos trabajando, si nos 'pica el gusanillo' perdemos la atención en lo que estamos haciendo. Estamos más centrados en poder comer algo que en lo que estamos haciendo durante nuestra jornada laboral. Para poder llenar el estómago no hace falta que sea con algo sólido. Beber mucha agua puede saciar bastante y es probablemente la opción más saludable. La ciencia alimentaria también recomienda trucos para disfrutar más de la comida y no sentirse vacío como masticar bien y comer a un ritmo más lento para poder disfrutar cada bocado.