Llevar un estilo de vida saludable y una buena alimentación es clave para evitar enfermedades. Así lo aseguran los expertos que recomiendan seguir una dieta equilibrada que incluya los alimentos que aporten todos los nutrientes que nuestro organismo necesita. Alimentos como las almendras, uno de los frutos secos más consumidos y beneficiosos para la salud; los arándanos, admirados por sus propiedades antioxidantes; y la zanahoria, un ingrediente imprescindible que ayuda a cuidar de nuestra salud.
Por lo general de color naranja, aunque existen otras variedades de color amoratado o amarillo, la zanahoria es una hortaliza muy común en nuestra gastronomía que, aunque pueda parecer modesta, no solo es una gran fuente de nutrientes, también ayuda a combatir algunas enfermedades.
Las enfermedades que la zanahoria ayuda a combatir
Tal y como señala la Fundación Española de la Nutrición (FEN), la zanahoria contiene una cantidad apreciable de hidratos de carbono, aunque el aspecto más destacable de este alimento es su contenido en vitamina A, en concreto de carotenoides: “Una zanahoria de tamaño medio cubre el 89% de las necesidades diarias de esta vitamina para hombres de 20 a 39 años, y el 112% para mujeres de la misma edad”.
Además, la zanahoria cuenta con otras vitaminas como la vitamina C o la B6, y de minerales como hierro, yodo y potasio. Unos nutrientes gracias a los que este alimento ofrece múltiples beneficios para la salud y ayuda a combatir dolencias y enfermedades como estas:
-Enfermedades visuales: sin duda, uno de los beneficios más conocidos de la zanahoria tiene que ver con la vista. Gracias a las grandes cantidades de betacaroteno que tiene, ayuda a cuidar de la salud visual y protege de enfermedades como la degeneración macular o las cataratas.
-Enfermedades digestivas: la zanahoria también es rica en fibra, algo que, además de ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre, estimula el intestino previniendo el estreñimiento. Además, contribuye a la microbiota intestinal, promoviendo el crecimiento de bacterias beneficiosas para la digestión.
-Deterioro cognitivo: los antioxidantes y las propiedades antiinflamatorias presentes en la zanahoria ayudan a proteger al cerebro del envejecimiento causado por el estrés oxidativo y la inflamación, factores clave en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. Además, esta hortaliza contiene potasio y fósforo, que ayuda a mantener en forma el cerebro.
-Enfermedades cardiovasculares: la zanahoria es rica en potasio, un mineral esencial para cuidar de la salud cardiovascular, que ayuda a regular la presión arterial, reduce el riesgo de enfermedades cardiacas y ayuda a que el corazón funcione correctamente. Además, la fibra que contiene reduce la absorción de grasas que pueden afectar a la presión arterial y al funcionamiento cardiovascular.
-Problemas en la piel: la vitamina A y los antioxidantes de la zanahoria también son beneficiosos para la piel por su efecto regenerante. Así, la protege del envejecimiento prematuro, mejora su aspecto favoreciendo la producción de colágeno, y la protege del sol.
Cómo consumir la zanahoria
Convertida en una de las hortalizas más consumidas, la zanahoria tiene pocas calorías, sobre todo en su versión cruda, por lo que es muy recomendada en dietas de adelgazamiento. Y es que este alimento es de lo más versátil. Así, además de ser un snack saludable e ingrediente de ensaladas y batidos en su versión cruda, también puede utilizarse cocinada en sopas, purés, guisos o como guarnición de carnes y pescados.
Cruda, hervida, al vapor o asada, son muchas las opciones para consumir la zanahoria, un alimento que la Organización Mundial de la Salud recomienda consumir por la gran cantidad de nutrientes que aporta, hasta tal punto de considerarla como prioritaria en la dieta.
