En los últimos años, la alimentación saludable es una tendencia en auge. Según los estudios, en España cada vez somos más conscientes de la importancia que tiene una dieta sana y equilibrada en la salud. Sin embargo, el ajetreado estilo de vida que tenemos y, en muchas ocasiones, el desconocimiento, nos lleva a equivocarnos en nuestro objetivo optando por ingredientes insanos.
Todo el mundo sabe que el consumo de determinados alimentos, como conocidos ultraprocesados como son la bollería industrial, las patatas fritas o la llamada 'comida rápida', no es recomendable. Sin embargo, en otras ocasiones, encontramos alimentos ‘disfrazados’ de saludables tras los que se esconden ingredientes negativos para la salud.
Así lo señala la nutricionista de la Universidad de Harvard, Amy Shah, que advierte sobre el cuidado que hay que tener con estos ingredientes: “Sin que muchas personas lo sepan, muchos alimentos que compramos contienen muchos aditivos tóxicos. Esto significa que han sido alterados de manera que en realidad te hacen sentir más hambriento y secuestran el cerebro para empeorar tus hábitos alimenticios y aumentar el hambre emocional”.
Según la experta, es importante leer bien las etiquetas de los alimentos que compramos, con el fin de tener controlados estos ingredientes: “No es necesario evitarlos por completo, pero la moderación puede hacerle mucho bien al cuerpo”.
Estos son los cuatro ingredientes que te ‘obligan’ a comer más cantidad
Así, la experta señala a cuatro conocidos ingredientes como los responsables de influir en nuestro apetito. Y es que, ¿a quién no le ha pasado que una vez que se empieza a comer una bolsa de patatas fritas, por ejemplo, y le es imposible parar?
Glutamato monosódico
Este es uno de los ingredientes que se utilizan para potenciar el sabor y se encuentra presente en numerosos alimentos procesados y platos preparados como la comida china, los alimentos congelados, las sopas instantáneas, algunos productos cárnicos procesados, caldos, salsas comerciales y snacks.
En los últimos tiempos ha ganado popularidad por la controversia sobre la posible peligrosidad de su uso. Y es que son muchas las voces expertas que relacionan la ingesta de alimentos con glutamato monosódico con reacciones de la salud. Entre ellas, las que detallan desde Mapfre Salud: dolor de cabeza, mareos, enrojecimiento, sudoración, debilidad, presión facial, entumecimiento o ardor en cara y cuello, palpitaciones cardiacas, dolor en el pecho o náuseas.
Según la nutricionista Amy Shah, “el glutamato monosódico hostiga al páncreas para que produzca más insulina, un torrente hormonal que te hace sentir más hambriento”. Además, la experta señala que este ingrediente se ha relacionado con la diabetes y la obesidad “y puede provocar que las células cerebrales se sobreexciten sin control, lo que podría provocar la muerte celular”.
Harina refinada
En la elaboración de las harinas refinadas se eliminan el salvado y el germen, con el propósito de alargar su durabilidad, pero también se descartan vitaminas, minerales y fibra dietética.
“La harina refinada, principalmente la harina blanca, aumenta rápidamente los niveles de azúcar en la sangre, aumentando los niveles de insulina. Esta reacción provoca que tengas hambre rápidamente y necesites volver a comer poco después” señala la nutricionista de Harvard.
Azúcar refinado
Actúa sobre el organismo de una manera muy similar a la de la harina refinada, haciendo que el azúcar en sangre suba rápidamente intensificando el ansia por comer más. “Una vez que empiezas a comerlo, puede resultad muy difícil dejar de hacerlo. El azúcar puede hacerte sentir como si estuvieras drogado ya que crea una chispa de energía en tu cuerpo debido a la liberación de dopamina que produce”, apunta Amy Shah.
Gluten
Según la experta de Harvard, el gluten, una proteína del trigo que suele estar presente en los alimentos procesados, “puede ser muy inflamatorio en ciertos grupos de personas debido a sus propiedades similares al azúcar cuando se refina, y también es un irritante intestinal”.
