Sufrir estrés no es algo fuera de lo común. De hecho, todos, en algún momento de nuestra vida hemos experimentado ese estado que, tal y como apuntan los expertos, no siempre tiene porqué ser algo negativo. Todo depende de muchos factores, siendo cuando se convierte en algo crónico cuando resulta peligroso.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés “es un estado de preocupación o tensión generado por una situación difícil. Todas las personas tenemos un cierto grado de estrés, ya que se trata de una respuesta natural a las amenazas y a otros estímulos. Es la forma en que reaccionamos a él lo que marca el modo en que afecta a nuestro bienestar”.
¿Qué es el estrés crónico?
Desde hace años, el estrés forma parte del día a día de millones de personas en todo el mundo. El frenético ritmo de vida unido a las preocupaciones laborales, familiares o económicas han aumentado considerablemente el número de casos. Además, según la OMS, desde la pandemia se ha registrado un importante incremento de los niveles de ansiedad y estrés de la población, hasta tal punto que este estado se ha normalizado como parte de la vida de muchas personas. Algo ante lo que hay que buscar solución, sobre todo cuando este estado se alarga en el tiempo.
Es lo que se denomina estrés crónico. Según apuntan desde Sanitas “se llega a una situación clínica que puede tener importantes consecuencias para la salud física y mental de quien lo sufre”. Según apuntan, las causas del estrés crónico pueden ser diferentes y variadas, “pero básicamente puede decirse que son aquellas situaciones no resueltas que se mantienen durante semanas, meses e incluso años sin tratar de buscar una solución al problema que lo genera”.
Los principales síntomas del estrés crónico
Considerado uno de los principales problemas de salud mental del momento, diferentes estudios desvelan que ocho de cada diez personas en el mundo padece estrés. Una preocupante realidad ante la que los expertos recomiendan buscar solución.
Para ello, es aconsejable consultar con un especialista que valore la situación y decida la mejor forma de actuar. Sin embargo, también es importante conocer las señales que podrían indicar que sufrimos estrés crónico y alertan de la necesidad de buscar ayuda:
- Alteraciones del sueño: la mayoría de las personas que padecen estrés reconocen tener problemas para descansar y conciliar el sueño. El cuerpo (y la mente) que se encuentra en un permanente estado de alerta y nerviosismo es incapaz de relajarse para llevar a cabo una correcta higiene del sueño.
- Dolores de cabeza: y no solo por las preocupaciones que pueden ocasionar el estrés, ese estado en sí mismo ya lo provoca por sí, tal y como demuestran los estudios. Además, el estrés suele ir acompañado de migrañas tensionales y bruxismo, que también favorece la aparición de dolores de cabeza.
- Irritabilidad y cambios de humor: el estado de estrés ocasiona inquietud e irritabilidad en la persona que lo sufre, quien también manifiesta otros síntomas emocionales como cambios de humor o mal genio.
- Problemas digestivos: es habitual también encontrar situaciones tanto de estreñimiento como de diarrea, ocasionado por el nerviosismo.
- Enfermar a menudo: en esta situación, se vive en un constante estado de alerta, algo que hace que la función inmunitaria del organismo descienda. De esta manera, el cuerpo se encuentra bajo de defensas para hacer frente a todo tipo de virus y bacterias, algo que provoca padecer enfermedades de manera habitual.
- Trastornos alimenticios: el ritmo de acelerado de vida tras el que en muchas ocasiones se encuentra el estrés suele provocar alteraciones en las rutinas alimenticias. Horarios desajustados, alimentos rápidos y poco saludables, comidas entre horas y la ingesta compulsiva pueden ocasionar otros problemas de salud.
- Sensación de debilidad y fatiga: la falta de sueño, una alimentación inadecuada y el cansancio ocasionado por la sensación de alerta constante hacen mella en el cuerpo que se nota falto de energía y vitalidad.