Salud mental

¿No puedes salir de la cama? Este trastorno tiene solución

Se llama dysania y es esa sensación de no querer salir de la cama cuando suena el despertador cada mañana. Sus síntomas pueden indicar un problema mayor

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Salir de la cama puede convertirse en una dura tarea en determinados momentos de la vida. Cuando cada mañana suena el despertador, las responsabilidades comienzan a aflorar y hay personas a las que les cuesta sobremanera poder quitarse las sábanas y el edredón de encima y comenzar la jornada con energía. Se trata de un trastorno conocido como dysania y afortunadamente tiene solución.

Aunque a todos nos puede costar algunas veces levantarnos bien sea por agotamiento físico, un momento de estrés o ansiedad o por haber dormido mal durante un tiempo, cuando esto pasa a suceder cada mañana se convierte en un problema que puede ser una señal de alerta de una posible depresión. La dysania no es encontrarte un día más cansado de lo habitual, sino una incapacidad crónica para salir de la cama.

Según la clínica de trastornos del sueño, la dysania es “un estado de conciencia alterado en el que cuesta trabajo despertar a la realidad; es decir, el cuerpo llama a seguir durmiendo, a pesar de que sabes que es hora de levantarse”. Entre los síntomas de este trastorno, el principal es que ​​la persona que lo padece se puede quedar en la cama durante días y puede llegar a experimentar una gran ansiedad ante la sola idea de tener que levantarse de ella. Incluso si se han levantado y han tratado de comenzar su jornada habitual, al rato pueden sentir unas ganas tremendas de volver a la habitación y regresar a meterse en la cama.

No debemos confundir dysania con ​​la clinomanía, que es la obsesión por estar tumbado en la cama y surge cuando esa necesidad es algo habitual y afecta en la vida personal, social y hasta profesional. Entre los síntomas de este problema encontramos que la persona quiere estar tumbada en la cama incluso para pasar tiempo de ocio, siente enfado y desgana al tener que salir de la cama y  puede llegar a estar obsesionado con todo lo relacionado con el sueño e incluso con la cama (colchones, almohadas…). El tratamiento suele pasar por un cambio en los hábitos del día a día, pero siempre es recomendable acudir a un especialista que nos explique cómo debemos actuar.

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Salir de la cama puede convertirse en una odisea para muchas personas.Pixabay

¿Qué significa no querer salir de la cama?

En un primer acercamiento a este trastorno, no ser capaz de levantarse de la cama es un síntoma claro de que nos ocurre algo, ya sea a nivel físico o psicológico. Habitualmente, esta circunstancia se suele relacionar con una patología del tipo depresivo o el síndrome de fatiga crónica. Para llegar a una conclusión, lo primero que hay que hacer es acudir al médico y explicarle lo que sentimos cada mañana en el momento de tener que ‘ponernos en marcha’. Lo que hará en una primera exploración es valorar si hay o no un problema físico que esté provocando estos síntomas. 

Si se descarta algo físico, lo más habitual será que nos estemos enfrentando a un problema de salud mental, que puede ser un momento de ansiedad o llegar a derivar en un diagnóstico de depresión. Además, otros síntomas corporales que indican que podemos estar en un proceso depresivo son los trastornos del sueño, el agotamiento extremo o el despertarse antes de lo previsto por las mañanas. 

Además, se suele estar más irritable y desmotivado, y nuestro cerebro se queda en una especie de vigilia entre el sueño y el despertar cuando llega el momento de levantarse, algo que nos hace sentir que todo esté en una especie de niebla u oscuridad. Si notas esto, es clave que acudas a un médico especializado que te ayude a detectar qué te sucede y cómo solucionarlo a tiempo.

Por qué no puedes salir de la cama

Existen varias causas que pueden provocar esa sensación de incapacidad para levantarnos de la cama, aunque las principales serían una situación de estrés, un episodio depresivo, periodos de mayor irritabilidad o una dificultad para establecer relaciones sociales cotidianas. 

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Llevar unos hábitos saludables ayuda a afrontar la jornada con más energía.Pixabay

Cómo combatir la pereza

En muchas ocasiones, la pereza que sentimos para salir de la cama cada día solo se debe a un problema de agotamiento y no tiene nada que ver con la depresión. Es más, hay personas a las que madrugar les cuesta más que a otras y esto no tiene por qué ser un síntoma de un problema de salud mental. Incluso puede que tenga que ver con tus hábitos a la hora de dormir e incluso a la hora de vivir el día a día. Por lo tanto, ¿qué podemos hacer para que cada mañana nos despertemos con ganas de comernos el mundo y no se nos peguen las sábanas? 

Entre otras cosas, es recomendable revisar nuestros hábitos a la hora de irnos a la cama. Los adultos necesitan entre seis y nueve horas de sueño para afrontar la jornada con energía y fuerza, por lo que si eres de los que duerme menos horas, notarás cómo tu cuerpo va perdiendo poco a poco esa energía con el paso de los días durante la semana y llegarás al fin de semana agotado y con pocas ganas de nada. Es aconsejable acostarse siempre a la misma hora y tener ciertas rutinas a la hora de irnos a dormir. 

Deja de mirar el móvil o la pantalla de la tablet al menos una hora y media antes de meterte en la cama para evitar que tu cerebro se active justo cuando debería estar más relajado. Si te cuesta desconectar del trabajo o las responsabilidades, intenta hacer algo de ejercicio durante el día (ojo, no lo hagas muy tarde para no activarte mucho), controlar tu respiración (la respiración consciente puede ayudarte a conciliar mejor el sueño) o hacer algunos estiramientos ligeros antes de irte a dormir para relajar músculos y articulaciones. 

Una buena opción es darse un baño de agua templada antes de irse a la cama y cenar algo ligero (evita el alcohol y productos con azúcar que te den un chute de energía justo cuando no es necesario) y al menos dos horas antes de acostarte.

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