Tener sexo con un amigo puede ser algo muy divertido pero hay ocasiones en las que el día después se puede complicar más de lo que esperábamos. Una amistad con derecho a roce, un 'amigovio', una relación sexual de años sin implicarse emocionalmente… Este tipo de relaciones son cada vez más habituales y conviene saber cómo actuar en cada caso para no sufrir y no hacer sufrir a la otra persona.
La sexualidad en España se está transformando hacia una igualdad más notable entre hombres y mujeres. Las mujeres derriban complejos sociales y experimentan su vida sexual de una manera libre y propia, donde traspasar la línea de la amistad comienza a ser común. Una noche divertida con un amigo puede terminar en algo más y no siempre eso tiene que dar lugar a una relación de pareja. Seguir siendo amigos después de haber mantenido relaciones sexuales es posible.
Según datos del estudio 'La sexualidad recreativa de las europeas', elaborado por la red social de encuentros sexuales Wyylde y centrado en España pero que también recoge datos de algunos de los países de nuestro entorno como Francia, Reino Unido, Italia y Alemania, el 26 por ciento de las mujeres afirma haberse acostado alguna vez con un amigo, es decir, una de cada cuatro mujeres, mientras que el 14 por ciento lo hace de manera habitual. Las cifras suben al 36 por ciento cuando se trata de mujeres de menos de 25 años las que viven la amistad con relaciones sexuales de manera recurrente.
Si nos comparamos con estos vecinos europeos, España encabeza este top 5 de la relaciones sexuales con amigos, empatada con Reino Unido (26%) y seguida por Alemania (25%), Francia (23%) e Italia (18%). Las relaciones sexuales de manera esporádica son cada vez más habituales y naturales de expresar y vivir en nuestro país. Tanto es así que la mitad de las mujeres españolas de menos de 25 años afirma haber mantenido relaciones sexuales sin vistas a un futuro, solo durante una noche.
El estudio refleja una clara evolución de la libertad sexual de la mujer, donde la educación tiene un papel fundamental para entender que la responsabilidad sexual y que todas las relaciones entre hombres y mujeres pueden ser igual de lícitas sin necesidad de ser juzgadas. Los datos revelan cómo las mujeres nacidas a finales de los 90 y principios del 2000 se muestran más liberales a la hora de vivir y expresar su sexualidad, en comparación con décadas anteriores.
Ante estos datos nos preguntamos: ¿qué pasa cuando se tienen relaciones con un amigo? “Espero que como mínimo se compartan algunos orgasmos. Y a partir de ahí, puede no pasar nada o pasar todo. Depende de cómo se desarrolle ese encuentro y sobre todo de lo que se busque. Si es solo pasar un buen rato o si se busca una relación afectiva más estrecha. Sea lo que sea, lo importante para que vaya bien es estar de acuerdo en lo que se busca”, nos explica Arola Poch, sexóloga de la red social liberal Wyylde.
Por qué tenemos sexo con un amigo
Aunque en la mayoría de los casos las personas ni siquiera se plantean tener sexo con un amigo porque es alguien al que tienen cariño pero no ven desde un punto de vista de atracción sexual, estas relaciones pueden llegar cuando menos lo esperamos. ¿Por qué suelen surgir esas relaciones con amigos?
“Porque precisamente si hay amistad se va generando una intimidad afectiva que puede llevar a la intimidad física”, dice Poch. “Cuando hay conexión a nivel emocional, se comparten confidencias, se descubren cosas en común y se empieza a ver a la otra persona más atractiva, lo cual puede llevar a querer compartir también intimidad física”, añade la sexóloga.
Ahora bien, no siempre tiene por qué pasar eso, por supuesto, y no siempre una amistad termina en sexo. “Aunque sigue habiendo debate alrededor de esta cuestión, puede existir perfectamente amistad entre un hombre y una mujer, ambos heterosexuales y homosexuales, sin que haya más historia”, aclara Arola.
Y después del sexo, ¿qué?
Muchas veces aparecen dudas después de haber tenido sexo con un amigo o amiga. ¿Le veré ahora con los mismos ojos? ¿Seguiremos siendo amigos? ¿Y si se se enamora de mí o yo de la otra persona? Estas son algunas de las preguntas que suelen rondarnos con frecuencia por la cabeza una vez ha pasado la excitación del momento.
“Creo que es importante hablar de lo que pueda pasar o de lo que haya pasado. Compartir qué se busca con esas relaciones, si se entiende que el sexo se puede separar del amor, si se considera que se puede mantener la amistad compartiendo sexo, etc. En función de los puntos de vista de cada cual, valorar si queremos volver a tener relaciones sexuales o si mejor que no pase de nuevo porque corre en peligro la amistad”, recomienda la sexóloga.
“Es importante, como decía en el primer punto, estar de acuerdo en los objetivos que se buscan y no engañar a nadie ni autoengañarse. Y si una vez ya ha habido lío, algo está cambiando en la relación por parte de alguno, hablarlo también. La honestidad y la claridad siempre ayudan a que las relaciones, sean del tipo de sean, funcionen”, aconseja Poch.
¿Hay que dejar las cosas claras siempre a la otra persona, cómo hacerlo? “Siempre hay que dejar las cosas claras si queremos que no haya problemas. Teniendo en cuenta que hay amistad, se entiende que hay confianza para hablar de lo que haga falta. Si a esa comunicación se le añade empatía, responsabilidad afectiva y ganas de cuidar la relación, es bastante probable que haya buen entendimiento”, añade.
¿Y si surge el amor?
¿Cómo deberíamos afrontar si la otra persona, en este caso un amigo o amiga, se enamora de nosotros y nosotros no? “A pesar de todos los cuidados del mundo y teniéndolo todo muy claro, eso puede pasar. Y si no es correspondido, hay que ser firme y claro pero de manera amable y empática con la otra persona. A veces, para no hacer daño a la otra persona, no se es claro del todo y eso es peor porque puede hacer que se generen falsas expectativas. Puede ser recomendable en esos casos separarse un tiempo para que la persona enamorada pueda aceptarlo, pasar su duelo y volver a retomar luego la amistad”, concluye Arola Poch.