El vínculo emocional no es algo que surja en un día, ni en dos ni en tres. Cuando comenzamos una relación de pareja suelen aparecer muchas dudas y algunos miedos hasta que esa relación se hace fuerte y se afianza. La conexión más allá de las relaciones sexuales hay que regarla como si fuera una planta cada día para que florezca algo sano y que te una a la otra persona de manera beneficiosa para ambos.
Cuando dos personas se quieren, la confianza y el respeto mutuo deben ser los pilares básicos para que la pareja funcione. Si la relación es débil y ambos empiezan a desconectarse el uno del otro, pronto pueden aparecer sensaciones como la distancia y la incomprensión, que en la mayoría de los casos terminará en una ruptura.
En una pareja que lleva un tiempo de relación, puede que también la rutina haga de las suyas y nos lleve a creer que ya lo ‘tenemos todo hecho’ y que no debemos seguir potenciando ese vínculo emocional. Pero esto no es así, como decíamos, si queremos tener una relación emocional fuerte y una conexión sana, hay que cuidar cada día los pequeños detalles como la comunicación, la complicidad y la honestidad.
Qué es el vínculo emocional
Estar conectado a alguien desde el punto de vista emocional parte de una premisa: hay una preocupación mutua por el bienestar del otro. Ese interés para que el otro se sienta bien y esté feliz es la base de cualquier vínculo emocional saludable. A partir de ahí surge el compromiso, la necesidad de dar lo mejor de uno mismo y recibir lo mismo por parte de la otra persona y las ganas de compartir momentos más allá de las posibles relaciones íntimas.
El amor es importante pero no es lo único que crea ese vínculo. Puedes estar muy enamorado de alguien pero no generar esa conexión que va más allá de las cuestiones del corazón. En la conexión emocional hay que ponerse en el lugar del otro, sentir empatía y tener una comunicación fluida que haga que cuando surja un problema o un conflicto ambos estéis unidos para solucionarlo y seguir hacia adelante.
Claves para crear un vínculo emocional
- Conócete a ti mismo. Parece contradictorio ya que antes hemos dicho que el vínculo emocional se crea cuando quieres que el otro esté bien. Pero no es del todo así. Si no estamos bien con nosotros mismos y no nos conocemos bien de manera profunda, no podremos tener una relación sana y feliz con otra persona. Es importante dedicarnos tiempo a nosotros mismos, a saber cuáles son nuestras virtudes pero también nuestros defectos.
Esa frase de “es que yo soy así”, deberíamos desterrarla porque hay ocasiones en las que sí se puede ‘cambiar’ ciertos aspectos que quizá no son beneficiosos ni para nosotros de manera individual ni para la vida en pareja. Cuando te conoces a ti mismo, sabes qué buscas en la vida y qué sueños puedes tener, te será más fácil saber qué quieres y qué no a la hora de hablar de relaciones de pareja.
- La importancia de la empatía. Una vez que sabemos cuáles son nuestros valores y aquellas cosas que nos hacen ser quienes somos, es clave entender qué quiere, qué necesita y cómo es la otra persona. La empatía es fundamental en una pareja para poder ayudar, reconfortarlo en los momentos malos y alegrarse por él en los momentos felices.
Es la mejor manera de reforzar un vínculo emocional. Estar ahí para cogerle de la mano o darle un abrazo cuando más lo necesita y que la otra persona sea capaz de hacer lo mismo cuando es al contrario. Cuando nos sentimos comprendidos, eso nos une más a la otra persona.
- ¿Sabes comunicarte con el otro? A veces hablamos mucho y esas palabras están vacías de significado. La comunicación en el mundo de la pareja también es un ‘arte’ y conviene aprender a hacerlo. Es bueno saber expresar tus emociones, lo que necesitas y lo que no, y ser maduro también a la hora de utilizar el lenguaje verbal y no verbal.
En una discusión será fundamental saber comunicar lo que te sucede o preguntar aquellas cuestiones que no te convencen o que os ha llevado al conflicto. Dos personas unidas emocionalmente hablan, comparten reflexiones y expresan lo que sienten de manera respetuosa y buscando soluciones y no un conflicto mayor.
De la misma manera, es básico que al inicio de una relación la comunicación sea fluida, que se hable de lo que quiere y busca cada una de las personas, cuáles son sus objetivos y lo que necesita en la vida en pareja. Solo así se construirá algo solvente, sano y que os haga felices a los dos evitando futuras decepciones o frustraciones que terminen haciendo sufrir a alguna de las partes.
- El valor de la complicidad. Seguro que conoces parejas que solo con mirarse saben lo que está pensando el otro. Eso es complicidad y se consigue con trabajo, confianza y honestidad. Cuando se comparten valores, objetivos y sueños, cuando se confía en el otro y se es claro desde el inicio, la complicidad va afianzando la relación y apenas es necesario un gesto que nos haga saber cómo se siente el otro, si ha tenido un mal día o si necesita su espacio o por el contrario necesita que le estemos cerca.
Cuando se ama a alguien, la confianza es fundamental, por lo que ser honestos nos llevará a conseguir una relación sana y alejada de celos o toxicidades que solo nos harán infelices.
- Trabajo en común. Conseguir un vínculo emocional sólido no es cosa de un día ni de un mes. Esa conexión hay que trabajarla cada día y son las dos partes la que tienen que poner toda la carne en el asador para que se fortalezca. Es necesario que haya conexión física pero también intelectual, que tengamos momentos para nosotros solos pero también para compartir con otras personas y que no existan miedos ni rencores. Debemos darnos nuestro espacio mutuo, ser libres y respetar al otro de forma individual para construir un bonito vínculo que nos lleve a un punto en común.
