A pesar de que poco a poco vamos recobrando nuestra vida anterior a la crisis del coronavirus, son muchas las personas que siguen teniendo miedo a salir de casa o a relacionarse después de haber estado tres meses de confinamiento en sus hogares. Esto se conoce como el 'síndrome de la caña'.
Sin embargo algunos expertos en bienestar, como el investigador y profesor Veturián Arana, aseguran que este síndrome no existe como tal sino que se trata de un escudo que ha desarrollado el ser humano para postergar nuestro regreso la vida estresante que teníamos antes de la llegada de la covid-19.
Nuestra vida de antes del virus se podría resumir en madrugón, atasco, larga jornada laboral, atasco nuevamente, tareas del hogar y, al día siguiente, vuelta a empezar. De repente, nos metimos en casa, adaptamos nuestros ritmos a la nueva realidad y, ¡sorpresa!, descubrimos que no se estaba tan mal entre esas “cuatro paredes”.
El estrés parece estar detrás de este 'síndrome de la cabaña' que no se trata de ningún tipo de patología mental, sino de una "especie de mecanismo de defensa ante todo aquello de la sociedad que no nos hace bien y que reduce nuestra felicidad", afirma el especialista y creador del Método SAAMA.
Con la reclusión hemos visto que otra realidad más saludable es posible
El confinamiento nos ha traído consigo una serie de restricciones de socialización, así como patologías y dolencias de carácter físico y psicológico pero también ha hecho que muchos se replanteen el estilo de vida que estaban llevando hasta entonces y poder comprobar que otra realidad más saludable y equilibrada es posible.
Se puede trabajar desde casa (teletrabajar) siendo igual o más productivo que en la oficina, es posible reunirnos virtualmente con nuestros jefes y compañeros y, lo más importante, se puede conciliar vida personal y profesional con sus respectivas ventajas a nivel emocional… y económico.
El verdadero motivo de no querer salir de casa está claro. ¿Por qué lo llaman 'síndrome de la cabaña' cuando quieren decir “miedo a volver a una vida estresante”?, esta es la premisa del experto en bienestar aplicando el pensamiento cuántico.
Otros beneficios del confinamiento
Además de los beneficios que nos hemos encontrado gracias al confinamiento descritos antes, también nos hemos encontrado con otro importante, la notable reducción de estrés, en comparación con nuestras antiguas rutinas laborales.
Para el experto en bienestar Veturián Arana, la reticencia de muchas personas a salir de casa o retomar su vida "normal" responde a "una necesidad de postergar nuestra vuelta a ese ritmo de vida tan frenético y enfermizo que teníamos justo antes de que llegara esta pandemia. En definitiva, no queremos que el estrés se vuelva a apoderar de nosotros y para ello debemos tomar medidas urgentes de carácter preventivo".
Cinco consejos para evitar que vuelva el estrés
El experto en bienestar nos cuenta cinco consejos para que, por un lado, el tránsito entre confinamiento y 'desescalada' sea lo menos traumático posible, y por otro, evitar que el estrés vuelva adueñarse de tu día a día:
1. Descansa lo suficiente y regálate un tiempo para desayunar
Uno de los principales potenciadores del estrés es un mal descanso o una deficiente calidad del sueño. La calidad y cantidad de sueño puede afectar a tu estado de ánimo, nivel de energía o nivel concentración durante el día siguiente.
Por otro lado, es fundamental que la mañana empiece con tiempo suficiente para activarnos antes de emprender la jornada laboral. Regálate un valioso tiempo para preparar y disfrutar del desayuno antes de acudir a tu puesto de trabajo.
2. Sal con suficiente antelación hacia el trabajo y aprovecha ese tiempo
No salgas hacia el trabajo con el tiempo justo, evita en la medida de lo posible estresarte por cuestiones que no dependen de ti como atascos o retrasos del transporte público. De cualquiera de las formas, aprovecha el trayecto para distraer tu mente con buena música, escuchando las noticias (así evitar tener que dedicarle tiempo cuando llegues a la oficina) o, si viajas en tren o autobús, disfrutar de un buen libro.
3. ¿De vuelta en la oficina? No te preocupes, la clave está en saber organizarse
Cuando regreses a tu oficina, ten muy en cuenta que llevas mucho tiempo lejos de ella, incluso más que durante un periodo habitual de vacaciones. Así que lo primero es organizarse y evitar que cunda el pánico. Lo mejor es dedicar el primer día a organizarte y repartirte las tareas, con el fin de ir cogiendo el ritmo de manera progresiva. Ya sabes… sin prisa pero sin pausa.
4. Convierte en "sagrado" tu tiempo de ocio
Ya sea en solitario, con la familia o con esos amigos a los que tanto has echado de menos durante estos meses, te recomiendo que protejas tu tiempo libre para recargar ese depósito de amor y sociabilización que tan vacío estaba. Otra opción es practicar tus aficiones y hacer cosas que te gustan: ir al cine, pasear, practicar algún deporte, etc.
El ejercicio es clave a la hora de despertar nuestro cuerpo y ponerlo a tono. Además, tiene un efecto inmediato y positivo sobre las áreas del cerebro responsables de la memoria y la concentración.
5. Aprovecha los beneficios de la meditación
La meditación puede ser tu gran aliada durante este proceso de vuelta a la rutina. Te permitirá enfocar la atención en una sola cosa, excluyendo todos los demás pensamientos negativos que puedan aparecer por tu mente. A menudo, es posible aliviar el estrés a través de la meditación, ya que al enfocarse en una sola cosa, es difícil preocuparse o enfocarse en otra preocupación.
Debemos, en definitiva, controlar el estrés para que este regreso a nuestras rutinas sea lo menos traumático posible, dando así el primer paso hacia ese cambio en nuestro estilo de vida que el confinamiento parece habernos mostrado.