En España es ‘la gran dama’ del viñedo tinto mediterráneo, aunque hoy por hoy la garnacha ha sentado cátedra en prácticamente toda la piel de toro y las grandes zonas la valoran, cuidan y promueven.No siempre fue así: hasta mediados de los años 70 se la consideraba una uva demasiado recia que sólo servía para dar fortaleza a vinos algo faltos de fuerza, usualmente de aquellos elaborados con tempranillo. Pero las cosas han cambiado radicalmente, tanto en viticultura como en la labor de los enólogos.
La garnacha, una cepa todoterreno
A día de hoy ya está extendida por muy diversas zonas de España, desde Cataluña a Navarra, Madrid o Toledo y, desde luego, Aragón, donde se piensa que se plantó por vez primera. Una cepa dura y todoterreno que aguanta vientos y tempestades, necesita poco agua y resiste el sol maravillosamente, lo que ha propiciado su desarrollo en comarcas o denominaciones de origen en donde primitivamente no había mucha.Además tiene la maravillosa virtud de aclimatarse al terruño y apropiarse de él, por lo que una garnacha de Toledo puede tener poco que ver con otra de Cataluña.
Tres vinos con garnacha
Actualmente con garnacha se hacen algunos de los mejores vinos de España, desde L’Ermita (la obra maestra de Álvaro Palacios en Priorato, con uvas procedentes de viñas de 100 años) o Sierra Cantabria Mágico (D.O. Ca. Rioja). Y desde luego, mencionar los vinos Chateauneuf- du- Pape (Ródano Sur) en los que la ‘grenache’ tiene un indiscutible protagonismo.Al margen de estos grandísimos vinos, la garnacha tiene mucho que decir: a precios más comedidos sigue siendo una excelente apuesta de las bodegas y se consiguen unos genuinos resultados.
1) Alto Moncayo 2016
- Bodegas Alto Moncayo/ D.O. Campo de Borja.
- PVP recomendado: 31 euros.
Un monovarietal de garnacha procedente de viñas de 40- 70 años. La tierra es especial en esta zona que produce una uva muy frutosa y mineral. Muy valorado por el Grupo del gurú Robert Parker, que siempre lo recoge en su famoso ranking. Tuvo una crianza en barrica nueva de roble francés durante 20 meses. Un vino de estupenda estructura, con volumen y una refinada nariz (fruta negra, tostados… y como siempre ese toque salvaje que distingue la uva). En boca posee amplitud, persistencia y unos matices que hay que descubrir pausadamente.
2) Adalta Negre 2018
- Bodegas Terra Remota/ D.O. Terra Alta.
- PVP recomendado: 20 euros.
Marc y Emma Bournazeau, propietarios de la bodega Terra Remota en la D.O. Empordà, han presentado sus nuevos vinos Adalta, un blanco y un tinto elaborados con uvas de garnacha cultivadas en la DO Terra Alta (la región vinícola más meridional de Cataluña) con su equipo técnico, al frente del cual se encuentra la enóloga Edith Soler. Una edición limitada para un vino que tuvo una crianza de 8 meses y con excelentes resultados. Tono granate y ribetes violáceos, su juventud otorga frutas rojas (frambuesa) y frescura al paso en boca. A pesar de esto es muy interesante por su complejidad y mineralidad, que sale en cada sorbo. Un vino de buena relación calidad- precio, elegante y muy personal.
3) Initio 2011
- Bodegas Las Moradas de San Martín/ D.O. Vinos de Madrid.
- PVP recomendado: 14 euros.
Desde sus inicios en 1999, Las Moradas de San Martín fue pionera la recuperación de los viñedos autóctonos de la zona para el cultivo de la garnacha en San Martín de Valdeiglesias (Madrid), una localización vitícola citada por importantes escritores del Siglo de Oro español. Cepas de más de 60 años con los que elaboran este vino con una crianza de 14 meses en roble francés (barricas de 500 litros). Posee un aroma profundo y, en nariz, ya surge la mineralidad que denota en boca. Un tinto complejo, amplio, vivo, con cuerpo y de taninos muy elegantes. Postgusto persistente. El nombre de la bodega es un homenaje a Santa Teresa: ‘Las Moradas’ fue el último libro que escribió. 
