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Cómo afrontar la artrosis, una enfermedad frecuente entre los españoles a partir de los 50 años

La artrosis es la enfermedad reumática más frecuente, afecta en torno al 10% de la población y la sufren en alguna localización hasta un 70% de las personas mayores de 50 años

  • La artrosis es más frecuente entre las mujeres mayores de 50 años.

La artrosis es una enfermedad reumática que afecta a 3 de cada 10 españoles (29,35% de la población) a partir de la cuarentena, es decir, a unos 7 millones de españoles, según datos de la Sociedad Española de Reumatología (SER), pero que, además, aumenta su incidencia conforme vamos cumpliendo años, afectando al 50% de la población a partir de los 50 años y, por si fuera poco, con un importante impacto en la calidad de vida de quienes la padecen.

El jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla, el doctor Juan Sánchez Bursón, recuerda que la artrosis es una patología por la que se deteriora el cartílago que protege y lubrica las articulaciones.

“Este deterioro provoca dolor, rigidez, hinchazón y limitación progresiva de las funciones y, en el largo plazo, deformidad de la articulación. La artrosis es la enfermedad reumática más frecuente, dado que afecta en torno al 10% de la población, llegando a padecerla en alguna localización un 70% de las personas de más de 50 años”, explica este especialista.

En general, es más frecuente en mujeres, sobre todo en las manos y en las rodillas, mientras que en el caso de los hombres destaca más la afectación de la columna lumbar.

Cómo afrontar la artrosis, una enfermedad frecuente entre los españoles a partir de los 50
El deporte de ato impacto es un factor de riesgo.

¿Podemos prevenirla? Sí: hábitos saludables

No obstante, apunta la Dra. Lola F. Bursón, miembro del equipo de investigación de reumatología del hospital, en la actualidad la artrosis se puede prevenir manteniendo una serie de hábitos saludables: “Aunque existe un importante componente hereditario en la mayor parte de los casos, también hay otros factores que son modificables y que repercuten en el desarrollo o en el avance más precoz de la artrosis”.

Entre estos figuran el sobrepeso, por la sobrecarga a la que se somete la articulación; a ciertas profesiones o deportes –construcción, costura, fútbol, entre otras-- que imprimen un impacto mayor y más frecuente en los huesos y para los que se recomienda usar adecuada protección (férulas, fajas, buenas posturas, etc.); así como al tabaco, o bien a traumatismos, cirugías, o infecciones previas de la articulación, dado que ya estará lesionada y envejecerá más rápido.

Tratamientos disponibles

Entre las opciones terapéuticas disponibles hoy en día para la artrosis, el jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla indica que hay dos tipos de ensayos, unos centrados en abordar los síntomas -dolor y limitación- y otros que procuran revertir o prevenir el desgaste, estimulando el crecimiento de células del cartílago o bloqueando el desarrollo de inflamación, fundamentalmente.

En el primer caso destaca el ácido hialurónico, que es uno de los principales componentes de los cartílagos y tendones, por lo que, al introducir este producto en la articulación, se consigue un efecto lubricante y amortiguador de las cargas y frente a los roces, con lo que se reduce el dolor rápidamente.

La artrosis es una patología por la que se deteriora el cartílago que protege y lubrica las articulaciones

Por otro lado, destaca el plasma rico en plaquetas que, según cuenta Sánchez Bursón, se obtiene mediante la extracción de la propia sangre del paciente, siendo el principal objetivo obtener las moléculas de crecimiento y de reparación que contienen las plaquetas, ya que son las células de la sangre especializadas en la cicatrización y la curación de tejidos. “De igual modo, lo que se pretende es revertir cierto daño, sobre todo en tendinitis y en meniscos, disminuyendo principalmente el dolor”, aprecia este experto.

Ahora bien, la enfermedad artrósica no evoluciona de igual forma en todas las articulaciones, ni en todas las personas, por lo que "aunque tienen mecanismos en común y probablemente una misma terapia pueda contribuir a mejorar cualquier tipo de artrosis, esto aún no está garantizado", subraya la doctora Lola F. Bursón.

“No todas las terapias son igualmente efectivas en cada tipo de artrosis (no es lo mismo el tratamiento de una artrosis de manos, rodillas, pies o columna); por tanto, ante la sospecha de síntomas de artrosis debe consultarse fundamentalmente con un reumatólogo para un correcto abordaje de la enfermedad", resalta la doctora.

La opción de las terapias biológicas

Precisamente, el Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla tiene en desarrollo una decena de ensayos clínicos encaminados a frenar los procesos de destrucción del cartílago articular, siendo las nuevas terapias biológicas, la mayor parte de ellas intraarticulares, uno de los principales campos de investigación y donde están puestas todas las esperanzas para el tratamiento de la artrosis.

Según explica la Dra. Lola F. Bursón, las terapias biológicas son fármacos de alto diseño que bloquean moléculas específicas de inflamación que se producen en la artrosis, con lo que retrasan el desgaste o eliminan la inflamación o el dolor, según corresponda.

Suele ser más frecuente en mujeres, sobre todo en las manos y en las rodillas, mientras que en los hombres afecta más a la columna lumbar

"Es bastante innovador y en lo que la ciencia más está avanzando en los últimos años. Algunos de los ensayos tienen resultados altamente prometedores y son los tratamientos en los que la comunidad médica tiene la mayor expectativa puesta, aunque de momento sólo los pacientes que participan en los estudios pueden beneficiarse de ellos, ya que no han llegado aún al mercado", precisa la especialista.

En este sentido, el doctor Juan Sánchez Bursón incide en que, si bien es complicado llegar algún día a curar la artrosis de forma global por su multitud de orígenes, sí cree cierto que es cuestión de tiempo que se consiga frenar y reparar el daño provocado en las articulaciones por esta patología, lo que, además, en su opinión, conllevará una “muy significativa mejoría” en los síntomas y en la calidad de vida del paciente.

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