Comidas, cenas, brindis… La Navidad es una época llena de celebraciones alrededor de una mesa en la que quien más y quien menos tendemos a cometer excesos que, cuando pasan las fechas, tratamos de compensar. Pero ni las dietas milagro ni las restricciones alimentarias son la solución. Hay que olvidarse de ellas porque pueden ser contraproducentes para nuestra salud y, entre otros efectos, por ejemplo, provocar el temido efecto rebote. De hecho, el ayuno tras los excesos navideños, una práctica súper frecuente, por ejemplo, puede tener un efecto negativo en la salud, e incluso empeorar algunas enfermedades previas. Vamos a ver qué podemos hacer.
"Comer durante varios días por encima de nuestras necesidades y otro día nada para compensar los excesos es perjudicial”, alerta Lourdes de la Bastida López, especialista en Nutrición del Hospital Quirónsalud Córdoba. Y es que, tal y como reconoce esta experta, es normal comer más de lo habitual durante las fechas navideñas, pero esto no es motivo para después hacer restricciones alimentarias o ayunos.
El ayuno o las dietas milagro pueden ser contraproducentes para nuestra salud y provocar el temido efecto rebote
Según defiende, hay que tener en cuenta que los atracones provocan un desequilibrio metabólico que puede causar hiperglucemia o glucosa alta en sangre. “Esto resulta especialmente dañino en personas con varias patologías, entre las que destacan la diabetes, la hipertensión, la enfermedad renal crónica o los trastornos de la conducta alimentaria”.
Por otro lado, los ayunos después de las comilonas pueden repercutir a nivel mental, ya que pueden desencadenar una mala relación con la comida. Por todo esto, el consejo de la especialista es claro: "Si algunos días realizamos comidas más copiosas, no hay que alarmarse, se retoma la alimentación habitual".
Cuidado con las dietas milagro
Pero como bien decíamos bien al principio, también debemos tener cuidado con las dietas milagro, usadas habitualmente para lograr una pérdida de peso rápida y sin esfuerzo, otra opción súper frecuente para quienes quieren contrarrestar los excesos navideños. A juicio de esta nutricionista, este tipo de dietas pueden resultar “peligrosas” debido a la ingesta deficitaria de nutrientes necesarios como vitaminas del grupo B principalmente, y minerales (calcio, zinc, hierro y magnesio), pudiendo producir trastornos metabólicos, gastrointestinales y en algunos casos caída de pelo, debilidad de las uñas o incluso depresión.
Así, mantiene que después de las numerosas comidas durante las fiestas navideñas, es habitual que lleguen los remordimientos y el planteamiento de propósitos para perder peso de manera fácil y rápida. “Sin embargo, los objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables y realistas. La educación nutricional, a diferencia de las dietas, proporciona mejoras notables a largo plazo, así como variedad alimentaria, y proporciona, en consecuencia, una vida saludable”.
Lourdes de la Bastida López, especialista en Nutrición del Hospital Quirónsalud Córdoba.
Volver a los hábitos saludables
Según Lourdes de la Bastida, en muchas ocasiones nos preocupamos de qué comer y de qué no, intentando cambiar drásticamente la alimentación, cuando la mejor opción es pensar en mejorar los hábitos que ya tenemos, para que sea más factible mantener estos cambios en el tiempo. "Con pequeños cambios se pueden lograr magníficos resultados si somos constantes, ya que para que la pérdida de peso tenga éxito a largo plazo debemos conseguir unos hábitos alimentarios y un estilo de vida saludable", señala.
Con ello, la experta del Hospital Quirónsalud Córdoba indica que "la alimentación debe realizarse con moderación, utilizando el sentido común", e insiste en que, después de los excesos navideños, la clave está en volver a un estilo de vida más saludable, siguiendo estas pautas sencillas:
- Consumir más verduras, frutas y legumbres.
- Hidratarse adecuadamente.
- Evitar el sedentarismo, intentando tener momentos de ocio activos.
- Realizar ejercicio según las posibilidades de cada persona.
- Descansar adecuadamente.
En este punto, De la Bastida llama la atención sobre el hecho de que la prohibición de un determinado tipo de alimentos es contraproducente en el tratamiento para la pérdida de peso, "puesto que cuanto más se prohíba, más se incrementarán las ganas de consumirlo y esto puede causar más ansiedad".
Aboga así por realizar un registro de los alimentos o de comidas que tomamos durante la semana, dado que esto nos puede ayudar a darnos cuenta de todo lo que comemos, y también a la hora de valorar si realmente estamos llevando una alimentación saludable, siempre consultando con un dietista-nutricionista especializado para asegurarnos, pues no todos los alimentos que parecen saludables lo son.
La prohibición de un determinado tipo de alimentos puede ser contraproducente en el tratamiento para la pérdida de peso
“Organizar el menú semanal es fundamental para realizar las compras de productos frescos y no tener que acudir a los precocinados o ultraprocesados. Lo más importante es tener en casa alimentos como frutas, verduras, sopas o cremas caseras, además de carnes magras (pollo o pavo) y pescados frescos o congelados, pero sin elaborar”, subraya esta especialista en nutrición.
El consumo de alimentos ricos en fibra como cereales integrales, legumbres, frutas y verduras produce mayor saciedad, al tiempo que contribuye a la mejora de la microbiota y resulta beneficioso para la salud. “Es importante disfrutar de la comida, comer despacio, masticar bien y, si es posible, dar un paseo después. Son unos sencillos consejos que ayudarán a mejorar la calidad de vida y que el cuerpo agradecerá”, recalca.
Menús saludables en Navidad
Con todo ello, la especialista del Hospital Quirónsalud Córdoba plantea que para las celebraciones familiares podemos preparar platos que, además de ser fáciles y vistosos, también sean saludables.
En esta línea, propone incluir ingredientes de origen vegetal en los aperitivos y platos principales para consumir más verduras y frutas. “De esta manera, por ejemplo, podemos acompañar el pescado o la carne con canónigos con nueces y granada, canapés con rodajas de pepino con queso, carpaccio de calabacín y piñones o crema de calabaza con jengibre. A media mañana o a media tarde podemos optar por frutas o por frutos secos, que son alimentos saludables y aportan saciedad por su contenido en fibra, de modo que evitaremos llegar a las comidas principales con demasiada hambre”, concluye De la Bastida.