La delegación olímpica de Australia ha denunciado un robo mientras se encontraba fuera del edificio donde se aloja por un conato de incendio que obligó a evacuar el lugar. "Se llevaron un ordenador portátil oficial del equipo de ciclismo y algunas camisetas, que se encontraban en el quinto piso. Ocurrió durante el incendio y acabamos de comunicar lo sucedido a la organización", explicó el asesor del Comité Olímpico Australiano, Mike Tancred, al portal Globoesporte.
Este hurto sería el último capítulo hasta el momento de una larga lista de desencuentros entre la delegación del país austral y el Comité Organizador Río 2016 desde que llegaron a la Villa Olímpica el pasado domingo, cuando ésta abrió oficialmente sus puertas.
A su llegada al conjunto de edificios construidos para acoger a las distintas delegaciones internacionales, los australianos denunciaron haber detectado hasta 200 problemas en su edificio, tales como cables sueltos o problemas con los sanitarios. Como consecuencia, la delegación australiana se negó a ocupar sus apartamentos y prefirió alojar a los deportistas en hoteles próximos mientras el Comité Organizador resolvía los fallos.
La polémica fue avivada por el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, quien dijo entonces que colocaría canguros en la edificación australiana para que los atletas se sintieran como en casa. Esta polémica fue superada el jueves cuando el Comité Organizador, que contrató 630 técnicos para resolver los problemas denunciados, dijo haber concluido todas las reparaciones y entregado los apartamentos impecablemente a las más de 200 delegaciones.
Lo más grave, según los australianos, es la gran cantidad de personas sin acreditar que circulan por la Villa
Sin embargo, el pasado viernes, se produjo una humareda en su edificio a consecuencia de un cigarrillo mal apagado, que obligó a toda la delegación a desalojar el inmueble. En una rueda de prensa celebrada en el Parque Olímpico, la jefa de la delegación, Kitty Chiller, denunció que durante el incendio las alarmas estaban desconectadas con motivo de unas reformas que estaban siendo realizadas en unos edificios adyacentes.
Chiller dijo, además, haber protestado ante el Comité Organizador por la presencia de basuras y por el hecho de que alguien hubiera fumado en la Villa Olímpica, donde está prohibido, y solicitó que se adoptaran medidas para impedir que estas circunstancias pudieran desencadenar nuevos problemas en el futuro. Lo más grave, según los australianos, es la gran cantidad de personas sin acreditar que circulan por la Villa.