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Cristiano niega que apode a Messi "el hijoputa" y asegura que demandará al periodista que lo escribió

  

Lo primero que sorprende es que el asunto haya explotado este martes. Porque su origen en un libro escrito por el periodista Guillem Balagué y titulado simplemente "Messi", cuya primera edición se publicó a finales de marzo. Es decir, ¿en siete meses nadie había leído el polémico párrafo? Es el que sigue:

"Ronaldo, quizá afectado con la puerilidad con la que crecen muchos futbolistas, considera que alejado de Messi debe mostrarse valiente, que su imagen sugiera que no le tiene miedoy que acepta el reto. Todo muy macho y engañoso. Y por ello, según cuentan jugadores del Madrid, CR7 tiene un nombre  para el argentino: "motherfucker", "cabronazo". Y si ve a alguien representante de su club que habla con Leo, también acaba siendo bautizado con el mismo epíteto. En ese entorno Ronaldo suele decir que su relación con Messi es como la que mantienen Irlanda y el Reino Unido. Y los jugadores del Madrid, con ese sentido del humor tan falto de sutileza de los vestuarios, tienen un largo listado de bromas que incluyen a Messi como el perro o la marioneta de Ronaldo, o guardado en una bolsa de la compra, de marca por supuesto, del portugués. Y cosas peores. Uno se imagina que en la intimidad del Barcelona se dicen cosas similares".

Lo de menos es que la traducción de "motherfucker" pueda ser también "hijo de puta ("el hijoputa" en lenguaje coloquial y de calle)" o "mierda". Lo grave es el revuelo montado y alimentado sobre todo desde algunos medios de Barcelona, que han obligado a Cristiano a desmentirlo ante más de 102 millones de personas, las que le siguen en su cuenta oficial de Facebook.

"Están circulando noticias en la que yo supuestamente he ofendido con unas declaraciones a Lionel Messi. Esto es rotundamente falso y me he asegurado de que mi abogado emprenda acciones para demandar a los responsables. Tengo el máximo respeto por todos mis colegas de profesión y Messi, obviamente, no es la excepción".

Balagué, autor del libro, prefiere no hacer declaraciones públicas para no crear más polémica, pero está convencido de que no habrá demanda alguna por parte de Cristiano o,en el caso de producirse, esta no prosperaría porque del contexto futbolístico en el que se narra el capítulo antes citado no se puede deducir un intento de ofender a Messi. Es lo "normal" en el ambiente "pueril y falto de sutileza" de los vestuarios de fútbol.

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