"Adiós a todos. Vuestro amor estará siempre en mi corazón". Este es el último mensaje de Twitter de Abdullah Bin Nasser Al-Thani, propietario del Málaga. Antes había escrito otro: "Pedimos igualdad, justicia y limpieza", en referencia a la Junta de Andalucía y acompañado de una foto del proyecto del puerto deportivo de La Bajadilla. Tal como informamos la semana pasada, el jeque va a perder el que era su principal negocio en la Costa del Sol: este puerto deportivo de Marbella.
De este modo, la preocupación e incertidumbre que existen sobre el futuro del club andaluz se acrecentan. La plantilla, por más que Pellegrini haya pedido que se les aclare el futuro, desconoce las intenciones del jeque, cuándo van a cobrar, si el Málaga va a ser vendido o, de no ser así, qué proyecto deportivo hay.
La Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA) inició el expediente para la resolución del contrato firmado en diciembre de 2011 ante el cúmulo de incumplimientos del empresario catarí, una vez que expirara el plazo improrrogable de tres meses que le otorgó en enero para que empezara a cumplir los requisitos exigidos.
La Junta ya impuso dos multas a Al-Thani de 130.000 y 25.000 euros que tampoco ha satisfecho, por lo que ha acudido a la vía ejecutiva a través de la Agencia Tributaria. Además, el Ayuntamiento de Málaga sigue sin saber qué pasará con el Arraijanal, después de que hace nueve meses aprobara el plan de urbanización y usos de esta parcela de 500.000 metros cuadrados junto al mar en la que el jeque proyectaba construir La Academia, una ciudad deportiva con más de una decena campos de entrenamiento, formación y residencia para futbolistas.
En declaraciones a 'Marca, el jugador del Málaga Weligton aseguró hace unos días que "todo el mundo sabe que tenemos que agradecer al jeque por todo lo que ha hecho y la ilusión que ha traído a la ciudad. Estamos donde estamos en gran parte por culpa suya, pero en el fútbol o en cualquier empresa hay que tener las cosas claras tanto para lo bueno como para lo malo. Hay que saber cómo funcionan las cosas. Hay normas y reglas que cumplir".
"Si tenemos que vivir con 10 euros o con un millón, da igual, pero hay que saberlo", insistió el brasileño. "A partir de ahí, las cosas son mucho más fáciles. Si en mi casa sé que puedo gastar mil euros con casa, comida, teléfono... pues vale, pero si puedo gastar otros 5.000, también. Hay que saber cómo funciona todo. También tengo que decir que las cosas cambiaron cuando llegó Shatat. Todo lo que nos ha dicho se ha cumplido y estamos más tranquilos".
