Luis Figo, ex futbolista del Barcelona y del Real Madrid, se ha visto envuelto en una gran polémica durante los últimos días. El portugués fue descubierto en Zimbabue, país conocido pos sus yacimientos de metales preciosos, donde, según las informaciones procedentes del país africano, había planeado viajar 'en secreto' para conocer las instalaciones que hay en Happy Valley y decidir si invierte.
El problema es que estos yacimientos son propiedad de Gayton McKenzie y Kenny Kunene, dos ex presidiarios que se han convertido en magnates del oro en el país africano. Ambos son propietarios de varios restaurantes en Sudáfrica, famosos por ofrecer sushi sobre mujeres desnudas. McKenzi, que es quien invitó a Figo, fue a la cárcel por asaltar bancos y a su salida escribió el libro 'La biblia de los estafadores', con el que alcanzó la fama en su país.
Sin embargo, lo que era un viaje privado de tan sólo 24 horas saltó a la luz cuando Figo por reconocido a su llegada al aeropuerto por un trabajador que se fotografió con él. La imagen comenzó a circular por las redes sociales y pronto llegó a Portugal, donde la noticia acabó en las portadas.
"Vine invitado por un amigo para ver las oportunidades de hacer algo relacionado con el fútbol y con otros negocios", explicó Figo a la prensa local. "Como empresario, siempre estaré dispuesto hacer buenos negocios aquí y contribuir al desarrollo del país", añadió, aunque nadie se creyó su versión.
Figo hizo un viaje privado de 24 acompañado del mencionado McKenzie, probablemente desconocedor de que su figura ya era utilizada por Robert Mugabe, el presidente de uno de los países con más problemas de todo el continente y considerado un tirano. De hecho, el aparato propagandístico se puso en marcha en cuanto el portugués aterrizó en su país, castigado por las violaciones sistemáticas de los derechos humanos.