La Federación Española de Fútbol lleva tiempo preparando la logística para el Mundial de Brasil. El objetivo, que los jugadores se sientan lo más cómodos posible. La Copa del Mundo requiere cuidar hasta el más mínimo detalle, porque un error implica la eliminación.
Todos los equipos tratan de buscar el apoyo de la afición local, pues el factor ambiente siempre es importante. Sin embargo, España está pensando en convocar al brasileño Diego Costa y, a instancias del propio Scolari, en su país ya se pide hasta que le quiten la nacionalidad. La pregunta es: ¿está el delantero del Atlético preparado para jugar con España en su casa y con el público en contra? Y otra preguna más: ¿está España preparada para aguantar esa presión?
Sin valorar las cualidades deportivas de Costa, si es mejor que Villa, Soldado, Negredo, Torres o Llorente, lo que parece evidente es que el delantero rinde en su club tanto dentro como fuera del Calderón. Sin embargo, jugar con la camiseta de España en Brasil es algo muy distinto. ¿Será capaz de aguantar la presión de que su gente le silbe y sus vecinos le insulten? ¿Soportará que llamen a su casa y su madre esté afectada por que su hijo ha 'traicionado' a su país?
La llamada de Diego Costa a la selección española puede suponer un problema extradeportivo más importante de lo que nos pensamos, pues los brasileños lo utilizarán como una motivación extra para presionar al que saben que será su rival a batir.
