Ocurrió durante el Manchester United-Swansea, partido inaugural de la temporada 2014-15 de la Premier inglesa. Ahsley Young, jugador local, estaba protestando una acción en la primera parte y, cuando increpaba al árbitro, una cagada de pájaro le cayó en plena boca.
Las desgracias nunca vienen solas, así que el equipo de Van Gaal acabó perdiendo el partido (1-2).
No fue el único hecho anecdótico de la primera jornada de la Premier. El español Santi Cazorla fue protagonista involuntario de otra desgraciada acción, también molesta pero menos asquerosa que la de Young.
Sucedió cuando el árbitro se dispuso a utilizar el famoso espray para delimitar la barrera durante el encuentro Arsenal-Crystal Palace (2-1). El viento le jugó una mala pasasa al colegiado y el que pagó el pato fue el centrocampista asturiano:
Aún hay más. En el derbi londinense entre West Ham y Tottenham, un aficionado saltó al campo y lanzó una falta en contra del equipo local. No marcó gol. El partido terminó con victoria del equipo que entrena Pochettino (0-1).