Cristiano Ronaldo miraba desde el banquillo, sufría desde el banquillo. Igual ni siquiera tendría que haber estado allí, pues no es normal que, en un partido como el que se dio en Dortmund, con el Madrid en la cuerda floja, la estrella del equipo ni siquiera saliera a calentar. Es de suponer que descansará también este fin de semana, ante el Almería, y la idea será que juegue la final de Copa, si es que puede jugar ese partido. Lo que es obvio es que tenía más de un rasguño, que no era sólo cansancio.
El Real Madrid sufrió muchísimo en Dortmund, pasaron por delante de sus ojos las imágenes de un año antes, acumuló errores y no supo detener al rival. Quedó la sangría en 2-0, suficiente para que el equipo blanco esté en semifinales, pero no para que las sensaciones dejen paso a pensar en mucho más. El Madrid estuvo horrible, en el banquillo y en el césped.
El equipo de Ancelotti decidió vivir en su campo, acularse, tener a sus medios en la frontal del área. Todo ello en un estado constante de nervios, dando el balón como si fuese cuadrado. Los principales culpables, los mediocentros. Xabi Alonso, como ha pasado en los últimos meses, no está fino. Es él, que para eso es el jefe, quien decide que la línea dé unos cuantos pasos atrás. Además, y esto es nuevo en él, está muy impreciso en el pase. Sin Xabi, que es el metrónomo, las aspiraciones de su equipo se reducen alarmantemente.
No se salva, más bien al contrario, Illarramendi. Costó 38 millones de euros y, lo más que ha hecho ha sido algunos partidos buenos entre una temporada de mediocridad. Igual no vale para ese club, que exige más que cualquier otro. Estuvo horroroso, fallón, desubicado y tuvo que ser sustituido en el descanso, cuando el Madrid ya perdía 2-0, para que la hemorragia no fuese a más. Le deja más en evidencia que Casemiro, que jugó un buen rato, se mostrase como uno de los más correctos en el naufragio blanco. Es un expediente X que el brasileño no juegue ni por equivocación, cuando sale al campo lo hace bien.
Dos goles marcó el Borussia Dortmund, dos palos más, un par de paradas de Casillas (que no estuvo muy brillante en el 1-0), todo como consecuencia de errores, de Xabi, Illarra, Modric o Pepe, y, normalmente, por intercesión de ese jugadorazo llamado Marco Reus. En ataque, falló Di María un penalti tempranero y no volvió a aparecer hasta por allí hasta la segunda mitad, cuando ya los alemanes iban también justitos de fuerzas.
Un último detalle sobre Ancelotti. No supo colocar a su equipo para que equilibrase las fuerzas contra el Dortmund de Klopp, que no debería de ser tan superior. Le debe sumar a eso un error intrascendente, pero que pudo ser fatal, en el último cambio. Cuando faltaba un minuto y la distancia con la prórroga era de sólo un gol quitó a Benzema y metió a Varane. Se busca explicación. En cualquier caso, el Madrid está en semifinales por cuarto año consecutivo. Aunque sea de milagro y ante un equipo que, pese a las bajas y el 3-0 del Bernabéu, nunca se rindió, aunque acabara rendido.
Ficha técnica:
2 - Borussia Dortmund: Weidenfeller; Piszczek (Aubameyang, m.81), Friedrich, Hummels, Durm; Jojic, Kirch; Grosskreutz, Mhkitaryan, Reus; Lewandowski.
0 - Real Madrid: Casillas; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Coentrao; Illarramendi (Isco, m.46), Xabi Alonso, Modric; Di Maria (Casemiro, m.73), Bale y Benzema (Varane, m.90).
Goles: 1-0, m.26: Reus. 2-0, m.37: Reus.
Arbitro: Damir Skomina (Eslovenia). Amonestó a Reus y Aubameyang por el Dortmund; y a Ramos, Xabi Alonso, Carvajal, Casemiro y Benzema por el Real Madrid.
Incidencias: partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones, disputado el Signal Iduma Park de Dortmund ante unos 65.829 espectadores.