Esta semana se han producido dos resoluciones judiciales preocupantes en torno a agresiones realizadas por grupos radicales con total impunidad. En miércoles el titular del Juzgado de Instrucción Número 20 de Madrid acordó el archivo de la causa que investiga la muerte de Jimmy, el hincha del Deportivo de La Coruña, "al no poder identificar a los autores de su muerte".
El juez Pedro Merchante Somalo ha dictado el auto de sobreseimiento provisional y archivo de la pieza separada denominada "homicidio y lesiones" abierta en la investigación de la muerte del seguidor de los Riazor Blues y de las lesiones sufridas por el otro hincha del Deportivo que fue lanzado al río Manzanares.
La segunda se produjo el jueves en Sevilla. La titular del Juzgado de Instrucción 19 de la capital hispalense, Ana Escribano, consideraba acreditado que un grupo de 12 radicales perteneciente a los "seguidores del Sevilla Fútbol Club denominados Biris", se concentró para atacar a seguidores de la Juventus, provocando una reyerta y enfrentamientos.
A resultas de esa reyerta un ciudadano belga resultó con heridas graves "que hicieron temer por su vida", aunque "no se ha podido acreditar si alguno de los detenidos fue quien causó las lesiones mencionadas.
La magistrada apunta en el auto que "no existen imágenes del momento concreto de la agresión" y que "las víctimas no han podido identificar al autor del apuñalamiento porque los agresores iban con los rostros cubiertos". Los 12 radicales han sido puestos en libertad con cargos, ya que se le atribuye participación en delitos de riña tumultuaria, desórdenes públicos y daños.
Más cuestionable parece la afirmación de la jueza en el auto en la que sostiene que "no existe un riesgo evidenciado de reiteración delictiva", siendo los Biris un grupo probadamente peligroso que ha protagonizado varios incidentes de tipo violento.
Pese a haber un muerto y un apuñalado, no hay ningún detenido por el fallecimiento de Jimmy y el apuñalamiento de del ciudadano belga. Parece que "salir a cazar en grupo" sale gratis, siempre que te tomes la molestia de "cubrirte el rostro", como apuntaba la jueza Escribano en su auto. Sembrar el terror en las calles en nombre de un escudo sale barato y eso no es una buena noticia.