Cristina Cifuentes, 'anfitriona' de los actos que festejaron el lunes el Dos de Mayo, lo dejó bien claro: a Francisco Nicolás ni se le invitó ni se le esperaba. "Al final esto tiene una limitación de espacio; se ha invitado a muchísima gente, y por primera vez a ciudadanos de a pie, pero el 'pequeño Nicolás' no estaba invitado", afirmó la presidenta, que bromeó con su presencia en Sol: "Igual venía a hacerse una foto conmigo, que creo que soy la única que no la tiene".
En efecto, hubo lleno en la Casa de Correos, con Manuela Carmena y Alberto Ruiz-Gallardón sentados al lado del presidente aún (y por tiempo) en funciones, Mariano Rajoy, y la exultante presidenta de la Comunidad de Madrid poniéndose como ejemplo de buen Gobierno (con pactos y regeneración, dijo), pero allí no había sitio para Francisco Nicolás, estrella ya televisiva que cuenta entre sus recientes méritos con no saber dónde está Australia.
Allí se presentó con su madre, que sí estaba invitada (es dueña de una empresa), y entró por la puerta de atrás (la de la calle San Ricardo) de la Real Casa de Correos. Pudo asistir al desfile, pero la Guardia Civil le impidió el paso hasta la recepción. "Que venga alguien de protocolo", decía. "Sí vino otros años", se limitó a decir Cristina Cifuentes, que había invitado por primera vez a ciudadanos de a pie al acto, "cientos" de personas, según ella, que durante sus diez meses de mandato le han hecho llegar quejas, peticiones o sugerencias.
El objetivo, dijo la presidenta era "abrir las puertas" de la Casa de Correos, esto es "la casa de los madrileños". A muchos, sí, pero no a Francisco Nicolás.