Jordi Cruz ha suscitado una gran polémica después de defender el uso de stagiaire (aprendriz) a coste cero y declarar que en su restaurante Àbac el 50 % de los aprendices no cobraban. “Podría tener solo a 12 cocineros contratados y el servicio sería excelente, pero si puedo tener a 20, será incluso mejor. Las dos partes ganan. Es un ‘tú me das tus manos y yo te enseño”, afirmó el cocinero.
El cocinero y miembro del jurado de ‘Masterchef’ aseguraba que los becarios “están aprendiendo de los mejores en un ambiente real, no te está costando un duro y te dan alojamiento y comida. Eres un privilegio” y explicaba: “Un restaurante Michelin es un negocio que, si toda la gente de cocina fuera en plantilla, no sería viable”.
Tras sus polémicas palabras, el sindicato catalán Intersindical CSC ha tachado las declaraciones de “desafortunadas” y ha destacado que no se puede defender que haya gente trabajando sólo por comida y estancia. Por ello ha pedido que se compruebe si el establecimiento mantiene una relación laboral vinculada a los convenios de colaboración de los becarios y que Inspección de Trabajo certifique si los becarios están ahí para aprender, como dice el cocinero, o para sacar adelante el trabajo necesario para que funcione el restaurante que tiene el cocinero en Barcelona.
Además, se deberá revisar que todos los becarios en el restaurante deben estar dados de alta y pagando las tasas y los impuestos correspondientes. Según el sindicato el caso del ABaC ha tenido trascendencia por la fama del cocinero, pero “habría que hacer una revisión de los convenios de colaboración que usan becarios” en los demás sitios.
Jordi: “Se me están dando todas las bofetada a mí”
Este mismo miércoles se defendía de las críticas en ‘Espejo Público’: “En mi cocina hay 14 personas trabajando. En el Abac, que es un hotel, tenemos también a 48 personas entre camareros y cocineros, contratados. Tenemos a 6 personas que son estudiantes, que tienen un convenio. Vienen, se les enseña, hacen las horas justitas que tienen que hacer”.
Además de respetar las normas de este tipo de becas, Jordi remarcó que le da un buen trato a los jóvenes que forman: “Les mimamos, les cuidamos y les deseamos lo mejor. Yo estoy orgullosísimo de eso”.
También quiso aclarar que lo que hace es una práctica habitual en los grandes restaurantes: “Se me están dando todas las bofetadas a mí, pero creo que represento al colectivo de cocineros, que podríamos hablar todos y que creo que todos estamos gestionando a unos aprendices, que no son becarios, son aprendices. Les estamos intentando enseñar las virtudes de nuestra grastronomía. Creo que desde nuestra actitud de intentar formar, no estamos haciendo mal a nadie”, sentenció.