Desde que Mar Flores se separó de Javier Merino, el foco mediático ha vuelto a posarse sobre ella, algo a lo que “estoy acostumbrada, pero no me gusta nada”. “No hay nada pero tampoco voy a andar desmintiendo estas cosas”, ha querido añadir.
Y no es para menos. En menos de dos meses la prensa ha relacionado a la modelo de 46 años con varios hombres, entre ellos con un abogado de Bogotá en sus viajes al otro lado del charco. Pero, ¿tiene realmente miras en nuevos amores? “No tengo ninguna gana”, nos recalca alto y claro.
Ahora Mar Flores mira por sus nuevos proyectos e ingresos profesionales, y sobre su separación, la modelo y empresaria prefiere ser cauta y delegar en Javier la decisión y los tiempos del divorcio. “Las cosas se han sacado de quicio y ahora me salen parejas todos los días. El último señor con el que me han fotografiado en las revistas era un señor que había aparcado en doble fila y al que le tuve que decir que retirara su coche para dejarme salir. Son cosas que no me hacen gracia”, justifica.
“Ya no estoy enamorada”
Después de verles juntos en la comunión de su hijo Beltrán el pasado fin de semana, Flores admite que su relación actual con su ex marido “está perfecta”. “Todos somos humanos y tenemos que ser civilizados. Tenemos que ser unos niños maravillosos a los que queremos. El resto de cosas ya las dijo Javier. Yo ya no estoy enamorada”, subraya.
De hecho, tampoco está con el abogado de Bogotá con quien se le ha relacionado. “Únicamente estoy pensando en la expansión internacional de mi empresa y en que sea conocida fuera de nuestras fronteras. Estoy muy contenta en España, personalmente tengo aquí a mi familia, a mis hijos y a mis amigos. No quiero irme fuera pero sí que mi empresa se expanda”, nos ha relatado.
“El tema de crear 'Mar Flores Madrid' fue una salida profesional dando respuesta creativa que tengo por mí misma. Javier fue quien tomó la decisión de dejar la empresa y yo he sido la que ha luchado para que no desaparezca”, añade.
Dice encontrarse “bien y tranquila”; con cosas “muy importantes” en su vida. Y sobre todo “unos amigos muy buenos que te mantienen la cabeza en tu sitio”.
Nos termina diciendo que “no ve la televisión” y que, por tanto, desconoce los caminos de su sobrina Laura Matamoros y de todo el culebrón sucedido en los muros de Mediaset sobre esta parte de su familia. “No sé nada de Laura”, concluye.
