Los políticos de toda Europa llevan toda la mañana pendientes del Congreso de los Diputados. Y no es para menos, porque el futuro gobierno europeo está paralizado por una pelea doméstica 'made in Spain'. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha convertido este miércoles su comparecencia en la Cámara Baja para abordar la gestión de la crisis en Valencia y en el resto del litoral mediterráneo tres semanas después en un ataque frontal al presidente de la Generalitat, el popular Carlos Mazón. Ribera se juega su entrada en el Ejecutivo comunitario y, lejos de admitir culpa alguna, ha descargado en el gobierno autonómico casi toda la responsabilidad: "[Los protocolos] son inútiles si quien debe responder no sabe cómo hacerlo".
La vicepresidenta, con su candidatura a todopoderosa comisaria europea tocada, ha hecho lo que se esperaba de ella, consciente de que sus palabras marcarán su previsible etapa política en Bruselas. El Gobierno lleva las mismas tres semanas que ha tardado en comparecer apuntando a Mazón. La totular de Transición Ecológica ha defendido el trabajo de los dos organismos que dependen de su Ministerio, la Aemet y la Confederación Hidrógráfica del Júcar. Ambas fueron señaladas por Mazón. Según version, por haber emitido avisos y proporcionado datos en tiempo real insuficientes. Perp Ribera no se ha querido callar y ha defendido que se hicieron hasta 11 llamadas a Protección Civil de Valencia y que la CHJ remitió más de un centenar de correos electrónico durante la jornada de la gran riada.
Ribera ha hecho una enumeración cronológica de las alertas enviadas por estas instituciones desde días previos a la lluvia torrencial del 29 de octubre que segó la vida de más de 200 personas. Pero son, ha dicho, las autoridades competentes en Protección Civil las que deben avisar a los ciudadanos "con rapidez y claridad", en este caso, en definitiva, la Generalitat Valenciana. La ministra ha descargado toda la responsabilidad en las autoridades políticas valencianas y ha insistido en que los organismos técnicos cumplieron con su obligación. Además, ha aprovechado para agradecer a sus trabajadores su dedicación.
A partir de ahí se ha producido la cascada de ataques del PP, que la ha reprochado su desaparición por estar más pendiente de su examen de comisaria europea que de la gestión de la DANA. Los populares la han acusado de estar "escondida cuando su país la necesitaba". "Usted trabajaba para sí misma", ha recriminado la diputada Esther Muñoz, que no ha dudado en preguntar a Ribera si abandonará el sillón de la Comisión en caso de que sea imputada por la Justicia. Ese es el juego del PP, tumbar a Ribera.
En el Gobierno consideran que el fuego contra la candidata española a comisaria es una estrategia cocinada por Génova en connivencia con el presidente del PPE, el alemán Manfred Weber, para desviar la atención de la "nefasta" gestión de Mazón. Weber, enemigo íntimo de la futura presidenta europea, la también alemana Ursula von der Leyen, y del presidente español, Pedro Sánchez, se ofreció gustoso a echar un cable al PP español para torpedear a sus adversarios. Pero todo parece indicar que, finalmente, Génova se puede quedar solo en su rechazo a Ribera.
La ministra ha hecho un amago de autocrítica. Aunque ha sido tan general que ha servido también para exonerar al propio Mazón. Según Ribera, en situaciones de emergencia climática, que ya ha advertido que serán cada vez más frecuentes, la capacidad de reacción es muy poca. Por eso, ha explicado que las alertas que las administraciones deben atender siempre son las que lanza la Aemet relativas a la previsión de lluvia torrencial y no a las las de las subidas de caudal porque la velocidad de crecida del agua es tal que "dan poco margen para la actuación". Ribera, que ha finiquitado su intervención en valenciano, ha dicho: "Hemos estado disponibles antes y después, trabajando para Valencia". Se ha incluido la ministra, que se ha situado en su despacho preocupándose de la gestión, no de su examen, junto al trabajo de los técnicos y a la delegada del Gobierno.