En pleno corazón de los Alpes se encuentra la Región de Jungfrau, una preciosa zona ideal para los amantes de la naturaleza, la aventura, el senderismo y el turismo de bienestar que no hay que perderse si se viaja a Suiza. Interlaken es el punto de referencia de la región, además de Capital Europea de la Aventura, un lugar perfecto para comenzar cualquier visita por esta zona.
En otoño, los Alpes muestran una de sus estampas más bellas, cuando el color de las hojas de los árboles se tornan del verde al marrón, pasando por el anaranjado, el rojizo o el amarillo, mientras los pastos verdes comienzan a contrastar con el blanco de las montañas nevadas. Una estampa perfecta para aprovechar a conocer esta preciosa zona.
Atravesar el cañón de un glaciar
Entre paredes de roca de 300 metros de altura discurre el desfiladero del glaciar inferior de Grindelwald. A pesar de que el glaciar ya no existe, este majestuoso cañón sirve de recuerdo de lo que en otra época fue ofreciendo a los visitantes la oportunidad de recorrerlo a través de una pasarela que se adentra en su interior a través de una telaraña de 170 metros cuadrados que se entreteje en pleno cañón y que se convierte en una red transitable que se extiende sobre el desfiladero proporcionando vistas y emociones al mismo tiempo.
Surcando los lagos
Los amantes del deporte, del agua y de la naturaleza disfrutarán navegando en kayak por los lagos del Oberland bernés, una actividad apta para todo tipo de públicos que les permitirá deleitarse con el entorno natural que conforman estas montañas. En otoño, el lago Thun posee un intenso color turquesa que se ve coloreado por las hojas amarillentas de los árboles que flotan en su superficie con el fin de la época estival mientras el lago de Brienz atrae a los visitantes con sus aguas cristalinas. Además, este recorrido surcando las aguas del lago, permiten una visión totalmente diferente de los cinco castillos que se encuentran a las orillas del lago.
Recorrer el valle de las 72 cascadas
Así como lo lees, 72 cascadas son las que forman este valle liderado por el pueblo de Lauterbrunnen. Rodeado de acantilados y picos de montañas, en este valle se precipitan las cascadas más altas y espectaculares de Suiza. Ejemplo de ello es la cascada Staubbach, una de las más altas de Europa en caída libre. Además, el pueblo es el punto de salida de uno de los teleféricos con las vistas más bonitas del continente.
Adentrarse en el subsuelo
Las sorprendentes formas y colores de las grutas que conforman las Cuevas de San Beatus las hacen meritorias de una visita. Son caminos sencillos, seguros y fáciles de recorrer gracias a su moderna iluminación eléctrica. En su interior hay que disfrutar de las formaciones de estalagmitas y estalactitas que han tardado millones de años en formarse, además de las grutas de San Beato, sus gargantas interiores, sus imponentes salas y sus potentes cascadas.
Desconexión total
Desconectar para desconectar, esa es otra parte de lo que se busca en cualquier viaje a los Alpes. Y una de las mejores formas de hacerlo es disfrutando en uno de los destinos de turismo de bienestar más interesantes de Suiza: Interlaken. Ubicada entre los lagos Thun y Brienz, ofrece la posibilidad de disfrutar en una piscina al borde de las aguas del lago Thun, en un jacuzzi de madera junto al lago Brienz o en una sauna con vistas a las montañas nevadas. Todas estas actividades se pueden hacer en muchos de los hoteles de sus alrededores o en las numerosas instalaciones de spa y bienestar que existen al borde de ambos lagos.