El invierno es un momento perfecto para hacer turismo en el interior de la península. Visitar algunos pueblos españoles puede convertirse en el plan ideal para disfrutar en pareja, con familia o amigos; destinos en los que la naturaleza, las vistas, la historia y la gastronomía lo inundan todo y que permiten conocer al visitante parte de la cultura que recorre nuestro país.
Descubrimos algunos de esos pueblos especiales perfectos para disfrutar de una escapada durante los meses de invierno.
Alquézar
Sus extensas calles empedradas y su castillo de origen islámico hacen de Alquézar (Huesca), declarado Conjunto Histórico-Artístico, uno de los pueblos más bonitos de España. Adentrarse en su casco histórico invita a los viajeros a un viaje en el tiempo en donde sus raíces lo inundan todo. Hay que visitar su monumental colegiata con diferentes corrientes artísticas; el Museo Etnológico Casa Fabián, ubicado en una típica casa del Somontano del siglo XVI; su Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara; y la ruta de las pasarelas de Alquézar, con las que vibrar con su imponente naturaleza.
Peñalba de Santiago
Declarado Bien de Interés Cultural desde 2008, este pueblo ubicado en la comarca del Bierzo, en Ponferrada, se ha posicionado como uno de los tesoros más hermosos y salvajes de la provincia de León. Su iglesia mozárabe y su ruta de la cueva de San Genadio son algunos de sus grandes atractivos, junto con los vírgenes paisajes del valle del Silencio o su bellísimo tramado de calles considerado el mejor ejemplo de arquitectura tradicional berciana.
Frigiliana
Conocida por ser la villa de las tres culturas, en donde convivían a finales del siglo XV cristianos, judíos y musulmanes, Frigiliana es un viaje al pasado a través de la historia y la cultura que se encuentran en sus calles. Es, posiblemente, el pueblo con más encanto de la provincia de Málaga, y un destino a visitar si te encuentras por la zona. Uno de los mejores consejos que se pueden dar es perderse por sus callejones rodeados de casitas blancas, además de comer en alguna de sus pequeñas bodegas donde la cocina tradicional andaluza lo inunda todo.
Rascafría
Madrid cuenta con diversos pueblos con encanto, con mucha historia, naturaleza y belleza. Destinos que cada fin de semana se convierten en lugares donde madrileños y forasteros acuden a desconectar y reconectar consigo mismos. Y este pueblo, ubicado en el valle del Lozoya, es uno de ellos. No hay que dejar de visitar su plaza de la Villa, la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol y su Monasterio de Santa María de El Paular, uno de sus puntos imprescindibles.
Roncesvalles
En pleno Pirineo navarro se encuentra un pueblo especialmente conocido por la derrota de Carlomagno y la muerte del conde Roldán durante la batalla que le da nombre, Roncesvalles, en el año 778. Un paseo por este pueblo y por sus alrededores merece una visita a la Iglesia Colegial de Santa María; el Silo de Carlomagno, del siglo XII; La tumba del rey gigante, donde descansa uno de los reyes más queridos de Navarra, Sancho VII el Fuerte; o el Museo Biblioteca, donde se conservan algunos tesoros artísticos como el ajedrez de Carlomagno.
El Burgo de Osma
Nombrado recientemente como uno de los pueblos más bonitos de España, El Burgo de Osma, antigua capital episcopal, es uno de los destinos perfectos para disfrutar de una escapada invernal. La belleza y la historia que rodea sus calles se combina a la perfección con una propuesta gastronómica que hace desplazarse a los viajeros hasta aquí solo para comer. No hay que irse sin visitar su plaza mayor de estilo barroco del siglo XVIII, su impresionante catedral de estilo gótico y el que fuera el Convento del Carmen, un edificio del siglo XVII que responde a los cánones arquitectónicos de la Orden del Carmelo.