"En Cataluña hay una diversidad de opiniones que se traduce en el equilibrio parlamentario que vivimos y esto se reconoce por la entidad como legítimo", declaró Jordi Gual, presidente de Caixabank, el pasado mes de febrero en la comisión de investigación del Parlament sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. "No nos metemos en política ni somos parte de ninguna estratagema", añadió.
El titubeo del presidente de Caixabank respecto a la posición de la entidad financiera catalana ante el desafío independentista, ha sido uno de los factores que ha llevado a Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria La Caixa, a decantarse por aceptar a José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente de Bankia, como presidente de la entidad resultante de la fusión de los dos bancos.
El nuevo banco tendría al actual consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, como segundo de Gorigolzarri, manteniendo en principio la sede en Valencia, según confirman fuentes conocedoras de la operación a este diario.
"La población tuvo miedo y cuando la gente tiene miedo retira el dinero del banco", manifestó Gual el pasado mes de febrero en la comisión del Parlament, a la que acudió acompañado de Fainé. El presidente de la Fundación Bancaria La Caixa aseguró entonces en esa misma comisión que él, en el banco, ya no manda: "Yo no he vuelto al banco desde que me fui; y no me meto nunca en lo que hace el presidente Gual, si hace algo que no me gusta me tengo que aguantar", aseguró.
"No estoy de acuerdo con esta política que ahora está de moda de no pagar dividendos", dijo Fainé en el foro organizado por la CEOE
Pero tras la comparecencia ante la comisión del Parlament, otra decisión de Caixabank, pocos días después de decretarse el estado de alarma en España, lesionó el aguante de Fainé con Gual, de acuerdo a las fuentes consultadas por este diario. La fusión de Caixabank con Bankia, consideran, derivará en una inevitable pérdida de identidad de la entidad catalana con la región y una mayor 'españolización'.
La Fundación Bancaria La Caixa que preside Fainé, primer accionista de la entidad catalana, depende cada año en buena parte de los dividendos que entrega Caixabank para mantener su negocio y obra social.
La fundación contaba a principios de año con que el banco repartiría un dividendo de 15 céntimos en abril con cargo a los resultados del pasado año, pero con motivo del impacto del coronavirus, el consejo del banco decidió reducirlo, en la última semana de marzo, a más de la mitad, 7 céntimos.
La Fundación Bancaria La Caixa, que preside Isidro Fainé, será el primer accionista de la entidad resultante de la fusión de Caixabank y Bankia
La reducción del dividendo supone para la Fundación una merma en sus ingresos previstos de unos 200 millones de euros. "No estoy de acuerdo con esta política que ahora está de moda de no pagar dividendos", dijo Fainé el pasado mes de junio durante su participación en el foro empresarial organizado por la CEOE.
"El dinero no mana", recordó Fainé en el foro de la patronal empresarial, y advirtió que, para poder poner el dinero en manos de los que más lo necesitan "es necesario ganarlo".
En la fusión entre Bankia y Caixabank, la Fundación que preside Fainé sería el primer accionista, con el 30% del capital, seguido del Estado, que tomaría entre el 14% y el 20%, según las informaciones publicadas y estimaciones de las fuentes consultadas.