¿Está preparada la Ley Concursal española para responder a una nueva crisis económica? La respuesta, en opinión de los jueces que el miércoles participaron en la presentación del libro Visión Concursal, apadrinado por el presidente de la Fundación Nagel, Raphael Nagel, es que no lo está.
Magistrados de distintos juzgados mercantiles españoles debatieron sobre el funcionamiento del concurso de acreedores en la sede del Colegio de Economistas en Madrid. Aunque destacaron la labor de los funcionarios que trabajan en la materia, las conclusiones que pudieron extraerse de sus manifestaciones es que la Ley Concursal española, aprobada en 2005, no ha cumplido sus objetivos: la mayoría de las empresas que se declaran en concurso de acreedores terminan desapareciendo y los procesos son excesivamente largos.
"En mi antiguo juzgado, de 400 concursos sólo tuve cuatro convenios, y de estos cuatro convenios, dos se incumplieron", reveló José María Tapia López, juez en excedencia del Juzgado de lo Mercantil número uno de Burgos.
En 2017, el 93,5% de las empresas que se declararon en concurso de acreedores en España terminaron en liquidación
Tapia López recordó que desde la aprobación, hace 15 años, de la Ley Concursal, esta ha sufrido 27 modificaciones. "Hubo una vorágine de reformas durante los años 2014 y 2015, y no sirvieron para nada, no se tuvo en cuenta varias cuestiones", dijo. "Hubo muchas reformas que pretendían agilizar el proceso concursal, pero a la larga, en la práctica, han supuesto más problemas", afirmó.
En 2017, un 93,5% de las empresas que se declararon en concurso de acreedores en España terminaron en liquidación, lo que muestra el fracaso de la Ley Concursal y las reformas aplicadas, encaminadas a tratar de asegurar la viabilidad de las empresas en concurso.